29 de abril de 2013

¿Elige Dios a nuestra pareja o la elegimos nosotros?

nuestra pareja
Erika Michael // Buenas Nuevas
@ErikaMishel12
¿Alguna vez te dijeron: “tienes que esperar a que Dios traiga para ti la persona correcta”? Como joven cristiana escuché muchas veces esta frase, lo cual trajo a mi vida muchas más dudas. ¿Tenía que sentarme en la sala de espera de Dios? ¿Qué pasaría si me enamoraba de otra persona que no fuera el que Dios había elegido para mí? ¿Sería egoísta pedirle a Dios que me diera un novio? 

Uno de los primeros libros que leí sobre este tema se llama When God Writes Your Love Story (Cuando Dios escribe tu historia de amor), escrito por Eric y Leslie Ludy. La invitación que nos hace el hermoso matrimonio Ludy en su libro es a tomar decisiones basados en lo que Dios desea para nuestra vida. Leslie cuenta cómo Dios le hizo una invitación a ella luego de haber fracasado una y otra vez en el amor. Dios le pedía a Leslie que edificara su vida alrededor de Él, es decir, de su voluntad en su perfecto amor hacia ella. 


La realidad es clara, no podemos separar a Dios de nuestras relaciones porque él las creó. Tampoco podemos dejar en sus manos todo respecto a nuestras relaciones porque hay muchas decisiones que tomar, acciones que ejecutar, compromiso que establecer.

El conocido pastor Dante Gebel lo explica así:



“La Biblia jamás menciona que Dios tenga guardado un novio o una novia para alguien. Aunque te cueste creerlo, Dios no se dedica a «guardar» a alguna persona para que sea tu cónyuge algún día. Si eres soltero, tienes un trabajo arduo que hacer.

Debes orar para no equivocarte en la elección, debes seguir ciertas normas (no unirte en yugo desigual, compartir el mismo llamado, que si hay una diferencia de edad sea dentro del sentido común, y cosas por el estilo), pero eres tú el que debe tomar la iniciativa o lo más probable es que te quedes solo.” (Tomado del Blog: Vida Líder)

Mateo 6:33 nos exhorta a que busquemos primero a Dios ante toda circunstancia. La palabra “primero” usada en este contexto es una palabra griega, protón, que significa ser primero en tiempo, lugar e importancia. Por lo tanto, el papel que debe tener Dios en nuestras relaciones y nuestra vida debe ser el primer lugar. Dios debe ser lo primero en todo. Debemos aprender a orar a Dios, no para que nos dé una pareja, sino para que nos ayude a elegir sabiamente conforme su voluntad. 



¿Cómo saber si esa persona que me gusta es la persona correcta?


Estos son algunos factores que debemos evaluar:


  • ¿Te motiva a ser un mejor cristiano y a fortalecer tu vida espiritual? 
  • ¿Respeta a tus padres, amigos y personas cercanas? (También debes mirar cómo se comporta con su familia y amigos.) 
  • ¿Respeta tu espacio personal? 
  • ¿Te apoya en tus metas académicas y profesionales? 
  • ¿Desea también tener una relación de noviazgo contigo? 

La decisión de comenzar un noviazgo es una de las decisiones más importantes que podemos tomar. Definitivamente, la decisión de casarse es aun mayor. El noviazgo no debe tomarse a la ligera, no es un tiempo para jugar a estar enamorados, tomarse de la mano y cambiar tu status en Facebook. Establecer un noviazgo con una persona implica que consideras que esa persona podría ser tu futuro esposo o esposa. Aunque no debemos dar pasos agigantados a ese momento, debemos tener en cuenta que si comenzamos una relación con alguien, debe con la vista en algo más que “pasar el rato”.

Aunque literalmente Dios no elige a tu pareja, Dios tiene un propósito con ustedes. Como el noviazgo es uno de los primeros pasos que nos pueden llevar al matrimonio, debemos seguir las enseñanzas básicas del amor y respeto matrimonial. Esto tiene que ver con lealtad, fidelidad, honra.

La razón por la que Dios constituyó el matrimonio fue para que tuviéramos la oportunidad de vivir un ejemplo del amor que cada Día Jesús muestra por su iglesia, un amor esforzado, sacrificado, entregado.

¿Sabes? Los viajes largos me aburren (en realidad me aburro con facilidad jejeje), pero cuando hago un viaje largo con una persona que me escucha, que comparte conmigo, que procura que esté bien durante el viaje, que sepa el camino que llevamos y que disfrute el viaje, todo es más placentero; lo disfruto más.

El noviazgo es parte del gran viaje matrimonial, por lo tanto, seamos cuidadosos al elegir un compañero de viaje, uno que esté igualmente consciente del valor de una relación de noviazgo.

Finalmente, Dios no te sentará en una silla y te hará esperar por tu futuro esposo o esposa, Él te ayudará, si tú se lo permites, a elegir sabiamente quién será esa persona con quien compartirás el resto de tus días. ¡Confía en Él! ¡Prepara tu corazón!



Jovenes







@ErikaMichael12
Construyendo relaciones saludables.
© 2014, Joven Cada Día
http://www.jovencadadia.com



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