"Un buen perfume, siempre cautiva"
Misael Coto // Buenas Nuevas
@BuenasNuevasPRTiempo atrás, un querido pastor y maestro, Julio Donati, en una de sus clases nos compartió la anécdota de un joven de su iglesia. Este joven, además de ser agradable y simpático, tenía algo muy particular, algo que lo distinguía entre muchos. Su perfume. Cada vez que el llegaba a la congregación, todos se percataban que había llegado. ¿La razón? Su aroma podía respirarse y este inundaba todo el ambiente.
Muchos jóvenes lo molestaban preguntándole:
-¿Cuál es el tipo de perfume que utilizas y que nunca se va de ti?
-Yo no uso ningún perfume, decía.
-¡No puede ser, todo el tiempo hueles a perfume!
-En verdad, yo no utilizo ningún perfume, respondió.
Sin embargo, no le creían.
-¡Dinos la verdad! Le insistieron varias veces, hasta que lo rodearon contra la pared.
-Está bien, les diré la verdad. Lo que pasa es que yo trabajo en una perfumería y estoy metido todo el día allí, de modo que el aroma se me penetra en la ropa, los cabellos y hasta los poros de la piel. ¡No se me quita ni bañándome todos los días!
Este relato me hizo entender lo que significa la unción y la llenura del Espíritu Santo. No se trata de cuánto esfuerzo humano hagamos. Se trata de cuanto tiempo pasemos en la presencia de Dios, de tal manera que penetre todo nuestro ser, mente y corazón.
Ya luego, sin decir una palabra, a donde quiera que vayamos o entremos, los que estén a nuestro alrededor se percataran que hay algo especial en nosotros.
"El perfume del Espíritu Santo que llena todo el ambiente de modo que todos pueden percibir aunque no lo reconozcan. Es ese perfume que sensibiliza las emociones, afecta el carácter y las actitudes en los que son tocados por su esencia".
Alguien dijo: "Lo real y poderoso, no necesita mucho adorno. Pero lo que es falso, esta lleno de ellos".
Muchos de nosotros hemos querido impresionar a la gente con nuestra elocuencia, con la manera de cantar o con el carro de lujo que manejamos. Otras veces, buscamos llamar la atención a través de prácticas extrovertidas, simulando que somos muy espirituales y que tenemos el poder de Dios. No obstante, venimos a ser como metal que resuena y que sólo hace ruido. ¡No afectamos a nadie!
(1 Corintios 13:1) ¿Porqué? "Porque no tenemos la unción del Espíritu Santo".
En River Church hemos aprendido a honrar la presencia de Dios y a cuidar de ella. De tal manera que la gente a nuestro alrededor ha percibido el perfume del Espíritu Santo, siendo afectados y trasformados.
En River Church hemos aprendido a honrar la presencia de Dios y a cuidar de ella. De tal manera que la gente a nuestro alrededor ha percibido el perfume del Espíritu Santo, siendo afectados y trasformados.