PELÍCULA “FAITH LIKE POTATOES”
Julio Román //BUENAS NUEVAS
Hoy quería traerle una lista de varios estrenos, pero tuve una experiencia interesante. Me encontré con una película cristiana llamada “Faith like Potatoes”, algo que cambió mis planes. Por favor permítanme contarles por qué.
Tengo que confesar que, a pesar de que percibí que debía verla, me tomó mucho tiempo hacerlo. Quizás soy yo, pero ver la palabra “potatoes” en el título de una película no es el mejor incentivo para oprimir el botón de “play”. Sin embargo, la palabra “faith” me recordó que con las películas también hay que dar pasos de fe. Así que finalmente agarré el control remoto, oprimí el botón, me senté cómodamente y me llevé una de las mejores sorpresas de mi vida.
La película es basada en un libro autobiográfico escrito por el evangelista escocés Angus Buchan.
La historia presenta la vida de Angus, un granjero que se muda a Sudáfrica con su familia en un momento en que el país está viviendo una fuerte lucha racial. Luego de tocar fondo en su vida profesional, familiar y personal, la búsqueda de comodidad material de Angus se transforma en un apasionado amor por Dios, por las personas que lo rodean, y en el desarrollo de una vida de fe.
La película no tiene nada que envidiarle a ninguna producción de Hollywood.
Lo primero que me llamó la atención fue la manera tan genuina en que la historia presentó el proceso de nacimiento y desarrollo espiritual de un ministro. Todos los que hemos entregado nuestra vida a Jesús conocemos la lucha interna que teníamos antes de hacerlo, hemos sentido el nerviosismo cuando por primera vez le hablamos a alguien acerca de nuestra decisión por Jesús, y recordamos la emoción de escuchar por primera vez la voz de Dios. Pues esta película logra capturarlo y presentarlo a la audiencia.
Sin embargo, lo más impactante para mí fue lo que sentí al terminar de verla. No me refiero a un asunto de sentimientos. La película logró trascender las emociones hasta ministrar directamente a mi espíritu.
No puedo describirlo completamente con palabras, pero mientras subían los créditos, allí estaba yo sentado con lágrimas en mis ojos. En mi interior tenía un deseo intenso de mostrarle mi amor a Dios y a otros, un deseo de dar pasos más grandes de fe, pero sobre todo un inmenso agradecimiento hacia mi Padre Celestial por el privilegio de haberme salvado y llamado al ministerio.
Entonces pensé: “Por esta razón es que hago cine. Porque quiero que todos los que vean nuestras películas sientan lo que yo siento en este momento y actúen en base a lo que Dios les ministre por medio de ellas”.
Como resultado de esa experiencia tomé una decisión. No volveré a descartar una película que en mi interior perciba que debo ver; sin importar el nombre de la fruta o vegetal que tenga en el título. Quién sabe si quizás puede convertirse en el instrumento que Dios use para ministrar a mi vida.
Aquí les dejo el trailer de la película para que lo disfruten.
Bendiciones,
/// Julio
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