2 de octubre de 2014

Hablando de Cine: ¿Por qué una idea puede cancelar tus vacaciones?

El viaje de una película



cine cristiano

Julio Román// BUENAS NUEVAS
@julitoroman

En esta ocasión quiero compartirle acerca del viaje que tiene una película. Amigo, tengo que advertirte, este es el blog más largo que he escrito. Me disculpo de antemano. Pero, por favor, no te rindas. Sigue leyendo. Yo voy a ti.

El inicio

Todo comienza con una idea que llega a tu mente. Una idea para una historia. Te sientas frente a tu pizarra y la desarrollas hasta que estás listo para comenzar a escribir el guión. Durante varios meses, batallas con las páginas vacías en tu computadora. Hasta que finalmente terminas la primera versión del guión.

Luego de un sinnúmero de revisiones, decides que estás listo para comenzar el proceso de producción. Es en ese momento que te enfrentas a la realidad del… TAN, TAN, TAN… Presupuesto. Yeap. La idea que tienes en tu mente costará dinero, mucho dinero.


A pedir dinero se ha dicho


Luego, te lanzas a hacer la parte más difícil de una producción cinematográfica: conseguir el dinero. Uhum. Así como lo oyes. Sales a pedir chavos.

Durante los próximos meses, y en ocasiones años, te reúnes con presidentes de empresas, inversionistas, y hasta con el gobierno, vendiéndoles la idea de que hacer tu película no es tan mala inversión económica. Luego de muchos “no” y unos cuantos “sí”, finalmente consigues el dinero. Eeeeeee. Aplauso, por favor.


La primera desilusión


Pues, ya tienes el dinero. Entonces, comienzas a formar tu equipo y preparar todos los detalles de la filmación. Es aquí cuando descubres que todo costará más de lo que tenías pensado. Así que, en lugar de tener 1,000 extras en la escena final (wow, épico), tienes que conformarte con los 50 extras que puedes pagar (no tan épico). Lo mismo ocurre con muchos otros elementos, y poco a poco tienes que continuar haciendo más pequeña la historia que imaginaste.


La carrera contra el tiempo


Y llega la etapa más intensa, la filmación.

Durante toda esta etapa, luchas por mantener viva la visión de la historia que imaginaste, mientras tratas de filmar todo lo que necesitas sin pasarte del tiempo y presupuesto estipulado. Para lograrlo, te ves obligado a lidiar con todas las situaciones que surgen durante la filmación y hasta minimizar la cantidad de tiros de cámaras que ibas a hacer.

Sobrevives los 15, 20, ó 30 días de filmación. Y en lo primero que piensas es, “Necesito irme de vacaciones”. Así que, abres la página con ofertas de viajes a Disney y… vuelves a cerrarla, porque recuerdas que no puedes irte hasta terminar la película.


El túnel


El siguiente mes lo pasas encerrado con el editor conectando cada uno de los tiros, tratando de que hagan sentido. Cuando terminan el primer corte y lo ves, confirmas tu sospecha de que eres el peor director del mundo. Te dan ganas de destruir todo el material y retirarte del cine por siempre y para siempre. Para ti, no es que la película sea mala, es que es la peor película en toda la historia del cine. Es en ese momento que das por perdida la maravillosa historia que imaginaste.

Agrupas toda tu fuerza de voluntad y sigues editando, tratando de hacer, por lo menos, una versión lo menos vergonzosa posible de la película. Poco a poco, ya no te sientes tan mal. Así que reúnes el valor de decir “Ya está. Vamos a enviarla a sonido y colorización.”


La luz al final del túnel 

 

Durante el siguiente mes, los ingenieros de sonido trabajan en construir la banda sonora de la película, el colorista trabaja el “look” visual, el compositor hace la música, y tú estás asustado porque se acerca el día en que el PÚBLICO verá esa cosa que te atreviste a hacer.

Luego, escuchas la música y ves las imágenes colorizadas de tu película. En ese momento, logras ver un pequeño destello de lo que te imaginaste cuando te sentaste a escribir el guión. Con un nuevo impulso, continúan trabajando, hasta que finalmente te sientas en la sala de cine, junto a la audiencia, a ver la película. Uuuuu.


El momento de la verdad


En este punto ya pasaron como tres o cuatro años desde el momento aquel en que imaginaste la historia. Las luces del cine se apagan y tú estás aterrado. Todos van a enterarse lo mal cineasta que eres. Sin embargo, a lo largo de la película ves las reacciones de la audiencia. Se ríen, lloran, están en tensión, y algunos, hasta le gritan a los personajes.

Ahí, en ese preciso instante, sientes lo mismo que sentiste cuando imaginaste la historia por primera vez. Claro, era una versión mucho más grande e impactante, pero se siente igual.

Al final, suben los créditos mientras piensas: “Tengo el mejor trabajo del mundo.” Tu esposa te pregunta: “¿Ahora sí podemos irnos de vacaciones?”

“Claro, mi amor.”


Adiós a las vacaciones


Llegas a tu casa con una sonrisa en tus labios. Cuando de repente… TAN TAN TAN… una idea nace en tu mente. La idea de una nueva historia, de una nueva película. Te sientas frente a tu pizarra y todo vuelve a comenzar. Es ahí cuando te resignas, “Las vacaciones tendrán que esperar.”

Amigo, ese es el viaje de una película.

Hasta la próxima semana,
///Julito


Julio Román es un escritor, director y productor enfocado en realizar proyectos que llevan un mensaje de amor y esperanza a la sociedad. Por medio de su empresa Prophesy Films, Julio persigue su sueño de causar una transformación social, utilizando la Palabra de Dios a través de los medios de comunicación. Si desea conocer más acerca de sus proyectos, puede acceder a www.julioroman.com

 
BUENAS NUEVAS es una publicación enfocada en presentar las buenas noticias en Puerto Rico y el mundo. Además de equipar al pueblo con su verdadera identidad eterna. Si desea compartirnos lo que harán en su comunidad o iglesia, tiene alguna petición etc. escríbanos a redaccion@buenasnuevaspr.com. Le invitamos a que nos comparta sus comentarios.
 
Buenas Nuevas - Noticias Cristianas | Derechos Reservados © 2012-2016 | Creado por Buenas Nuevas Publicidad .