Joel Hernández// BUENAS NUEVAS
Vocalista del Grupo Puerto de Milagros
“Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora.”
Eclesiastés 3:1
Hoy como cada día desde que desperté en la mañana, me levanté y comencé a invertir mi tiempo en las regularidades como cepillar mis dientes, bañarme, vestirme, comer, y ejercer las diversas responsabilidades que me corresponden en el diario vivir. Así me llegó el tiempo de la jornada laboral y en medio de la rutina sentía que algo importante que me faltaba.
Estaba experimentando una inquietud dentro de mi ser que me llevó a hacer una pausa y a buscar la Biblia, que siempre acostumbro tener en un rinconcito de mi escritorio, e inmediatamente la abrí y me topé con el mensaje de Eclesiastés 3:1 “Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora”. Sin darme cuenta, había tomado tiempo para cada detalle personal como de costumbre, sabiendo lo necesario de cada cosa que hice, yo asumí que todo el proceso era importante, pero me había olvidado de invertir un tiempo especial, un tiempo de adoración.
Entendí claramente que Dios estaba hablando a mi vida a través de este verso bíblico y que así como cada cosa tiene su tiempo, también existe un tiempo especial, es ese momento de adorar, de dar gracias porque abrimos nuestros ojos, por el aire que respiramos, por la fuerza para levantarnos, por la grandeza de estar vivos. Es realmente un momento hermoso, un tiempo especial que no podemos sacar de nuestro itinerario, que siempre debe ser parte de nuestra agenda diaria. El tiempo de adoración, es el tiempo que marca la bendición en el reloj de tu día.
Te invito a que reflexiones y establezcas un tiempo especial en cada uno de tus días, ese será tú tiempo de adoración, tu tiempo de dar gracias, tu tiempo de milagros, tu tiempo de victoria, tu tiempo con Dios.
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