“No tiene ningún sentido que tanto trabaje el tonto, si no sabe ni en dónde está.” (Eclesiastés 10:15 TLA)
Redacción // Buenas Nuevas
@BuenasNuevasPR
Tú no eres Dios. No tienes todas las respuestas. No puedes hacerlo todo. Si estás luchando para encontrar el equilibrio en tu vida, admitirlo puede transformarlo todo.
La Biblia dice: “No tiene ningún sentido que tanto trabaje el tonto, si no sabe ni en dónde está.” (Eclesiastés 10:15 TLA)
Es simplemente tonto desgastarse con el trabajo. Cuando trabajas en exceso, estás jugando a ser Dios. Estás diciendo que todo depende de ti. Que el mundo se derrumbara a nuestro alrededor si no mantienes el mundo andando. ¡Eso no es cierto! Tú no eres el gerente general del universo; puedes renunciar. El universo no se vendrá abajo. Dios tiene todo bajo control.
A menudo, una de las razones por la cual nos hacemos esto, es porque tratamos de complacer a todos. Aprende hoy esta lección: No puedes complacer a todos. ¡Incluso Dios no puede complacer a todo el mundo! Una persona quiere que llueva y otra quiere que este soleado. Sólo un tonto tratara de hacer lo que ni siquiera Dios puede hacer.
Cuando vivimos de las expectativas de los demás, amontonamos en nosotros mismos toneladas de "deberes". Nos decimos a nosotros mismos: "Yo debería trabajar más horas", "debería ir a este seminario" o "debería ser voluntario para esta tarea." Pero date cuenta de esto: Nadie te está apuntando con una pistola en la cabeza. El exceso de trabajo es tu decisión. Tú decides asumir trabajo extra o no tomarlo. Y decides las consecuencias que vienen con esa decisión.
Cuando niegas tu humanidad y tratas de hacerlo todo, le estás robando a Dios de Su gloria. La Biblia nos recuerda esto en 2 Corintios 4:7: “Tenemos este tesoro en vasijas de barro para que se vea que tan sublime poder viene de Dios y no de nosotros.” (NVI).
Pablo nos recuerda que somos seres humanos, que somos débiles y frágiles. Las vasijas de barro se rompen con facilidad. Si las dejas caer, se rompen. Las vasijas de barro tienen que tratarse con cuidado. Las vasijas de barro tienen que manejarse adecuadamente. Si no, se van a destruir.
Pero la buena noticia es que a través de nuestra debilidad, el poder y la gloria de Dios traslucen. Tu humanidad no es algo para ocultar. En su lugar vamos a celebrar el poder de Dios obrando a través de nuestras limitaciones.
Así que admítelo: Eres humano. ¡Gracias a Dios por eso!
Reflexiona sobre esto:
- ¿Qué suele tentarte para trabajar en exceso?
- ¿Qué piensas de esto: “le robas la gloria a Dios cuando tratas de hacer todo por tu propia cuenta”?
- ¿Cómo trabajando demasiado puede conducir a una mala ética de trabajo?
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