Hijo de inmigrantes cubanos lidera equipo de cirujanos que llevó a cabo la compleja cirugía valorada en un millón de dólares
Redacción // Buenas Nuevas
@BuenasNuevasPR
El doctor Eduardo D. Rodríguez, un hijo de padres cubanos nacido en Miami, anunció este lunes la culminación exitosa del trasplante de cara más completo y complejo que se haya realizado en la historia de la ciencia médica.
Durante una rueda de prensa en el NYU Langone Medical Center en Manhattan, donde se llevó a cabo el delicado procedimiento quirúrgico, el doctor Rodríguez explicó, paso a paso, cómo él lideró a un grupo de más de 100 cirujanos, enfermeras y personal médico que realizó la difícil y costosa operación que le dio un nuevo rostro al bombero Patrick Hardison, de 41 años, el pasado 14 de agosto.
La cirugía, que duró más de 26 horas y que fue valorada por el doctor Rodríguez en un millón de dólares, se considera la más extensa porque por primera vez se realiza un trasplante de rostro que incluye las pestañas, orejas, todo el cuero cabelludo y gran cantidad de tejidos de la cabeza (incluyendo parte del cuello).
“Es un avance científico importante”, dijo el cirujano, quien es jefe del Departamento de Cirugía Plástica del NYU Langone Medical Center.
“El trasplante del cuero cabello era algo que no se había hecho en la historia de la medicina y es algo importante para la estética y la recuperación del paciente. También el trasplantar párpados y que los mismos funcionen bien, era algo que no se había hecho antes”, aseguró Rodríguez.
Hardison, un bombero voluntario de Senatobia, Mississippi, y padre de cinco hijos, resultó con quemaduras de tercer grado que le desfiguraron el rostro, la cabeza y parte del torso, cuando en 2001, al tratar de rescatar a una mujer de una casa en llamas, quedó atrapado al caerle el techo encima.
Aunque en aquel entonces los médicos utilizaron injertos de piel de sus piernas para cubrir las heridas de su cabeza, el hombre había perdido sus orejas, los labios, la mayor parte de la nariz y prácticamente la totalidad del tejido de los párpados. Hardison fue sometido a 71 cirugías en el transcurso de doce años antes del trasplante.
“Los pacientes se seleccionan de una manera muy rigurosa porque tienen un tipo de deformidad que no se puede tratar con métodos convencionales. También son paciente que deben tener un alto nivel de responsabilidad, porque necesitan medicina inmunosupresoras diarias por el resto de su vida”, explicó el doctor Rodríguez.
“En el caso de Patrick ya se había descartado todo tipo de procedimientos. Así que la única oportunidad para poder tratarlo era con este tipo de trasplante de cara tan complejo”, agregó el especialista, quien advirtió que al momento de la cirugía Hardison tenía solo un 50% de posibilidad de sobrevivir a la misma. Sin embargo, Rodríguez dijo que tres meses después de la cirugía, Hardison está en camino hacia una recuperación completa.
El doctor Eduardo D. Rodríguez, un hijo de padres cubanos nacido en Miami, anunció este lunes la culminación exitosa del trasplante de cara más completo y complejo que se haya realizado en la historia de la ciencia médica.
Durante una rueda de prensa en el NYU Langone Medical Center en Manhattan, donde se llevó a cabo el delicado procedimiento quirúrgico, el doctor Rodríguez explicó, paso a paso, cómo él lideró a un grupo de más de 100 cirujanos, enfermeras y personal médico que realizó la difícil y costosa operación que le dio un nuevo rostro al bombero Patrick Hardison, de 41 años, el pasado 14 de agosto.
La cirugía, que duró más de 26 horas y que fue valorada por el doctor Rodríguez en un millón de dólares, se considera la más extensa porque por primera vez se realiza un trasplante de rostro que incluye las pestañas, orejas, todo el cuero cabelludo y gran cantidad de tejidos de la cabeza (incluyendo parte del cuello).
“Es un avance científico importante”, dijo el cirujano, quien es jefe del Departamento de Cirugía Plástica del NYU Langone Medical Center.
“El trasplante del cuero cabello era algo que no se había hecho en la historia de la medicina y es algo importante para la estética y la recuperación del paciente. También el trasplantar párpados y que los mismos funcionen bien, era algo que no se había hecho antes”, aseguró Rodríguez.
Hardison, un bombero voluntario de Senatobia, Mississippi, y padre de cinco hijos, resultó con quemaduras de tercer grado que le desfiguraron el rostro, la cabeza y parte del torso, cuando en 2001, al tratar de rescatar a una mujer de una casa en llamas, quedó atrapado al caerle el techo encima.
Aunque en aquel entonces los médicos utilizaron injertos de piel de sus piernas para cubrir las heridas de su cabeza, el hombre había perdido sus orejas, los labios, la mayor parte de la nariz y prácticamente la totalidad del tejido de los párpados. Hardison fue sometido a 71 cirugías en el transcurso de doce años antes del trasplante.
“Los pacientes se seleccionan de una manera muy rigurosa porque tienen un tipo de deformidad que no se puede tratar con métodos convencionales. También son paciente que deben tener un alto nivel de responsabilidad, porque necesitan medicina inmunosupresoras diarias por el resto de su vida”, explicó el doctor Rodríguez.
“En el caso de Patrick ya se había descartado todo tipo de procedimientos. Así que la única oportunidad para poder tratarlo era con este tipo de trasplante de cara tan complejo”, agregó el especialista, quien advirtió que al momento de la cirugía Hardison tenía solo un 50% de posibilidad de sobrevivir a la misma. Sin embargo, Rodríguez dijo que tres meses después de la cirugía, Hardison está en camino hacia una recuperación completa.
El rostro de joven de Brooklyn
Su donante fue David Rodebaugh, un artista de 26 años, quien resultó con muerte cerebral tras un trágico accidente en una bicicleta en el condado de Brooklyn, donde vivía.
El trasplante se logró gracias a la intervención de LiveOnNY, una organización sin fines de lucro que busca donantes de órganos y tejidos en el área de la ciudad de Nueva York. La organización se puso en contacto con la familia de Rodebaugh para que no sólo donará su rostro sino otros órganos como el corazón, el hígado y los riñones.
Según explicó el doctor Rodríguez, la espera para el trasplante duró más de un año, porque se tenía que buscar un donante perfecto, que no solo debía tener el mismo tipo de sangre, sino el mismo color de piel y cabello, así como una estructura ósea facial parecida.
A diferencia de otros trasplantes, en que los órganos pueden ser transportados desde otros hospitales distantes, en el caso de la cara, se tuvo que hacer la cirugía con el donante y el recipiente en quirófanos contiguos.
A pesar del éxito alcanzado con este procedimiento, el doctor Rodríguez aclaró que aunque existan muchos pacientes en lista de espera para el trasplante de cara, solo una minoría de pacientes va a requerir un trasplante de este tipo.
Orgullo de inmigrantes
Como hijo de inmigrantes, el doctor Rodríguez basó su éxito en la educación que gracias a sus padres pudo recibir en EEUU. “Este es un país donde una persona con esfuerzo personal y con el apoyo de su familia puede lograr lo que sea. El nivel de educación que existe aquí no se puede superar en cualquier otro lugar”, dijo el cirujano.
“Para mí esto comenzó como una curiosidad; estaba evaluando a pacientes que estaban regresando de las guerras de Afganistán e Irak, y no teníamos otra manera de mejorarles la vida sino era con un trasplante de cara”, agregó.
“El primer trasplante de cara fue en el 2005, y después se han hecho muchos, pero teníamos que superar la función y la apariencia de los recipientes. Queríamos que estos pacientes se pudieran reincorporar a la sociedad y que no se sintieran diferentes a cualquier otra persona, y para mí esto ha sido un orgullo muy grande”, concluyó el galeno.
La cirugía de Harrison fue costeada por una beca de investigación del NYU Langone Medical Center y se espera que procedimientos similares se realicen en este hospital neoyorquino en el futuro.
Más de dos docenas de trasplantes de cara se han realizado en todo el mundo desde que se llevó a cabo el primero en Francia en 2005, de los cuales cinco pacientes no han sobrevivido.
“Para mí esto comenzó como una curiosidad; estaba evaluando a pacientes que estaban regresando de las guerras de Afganistán e Irak, y no teníamos otra manera de mejorarles la vida sino era con un trasplante de cara”, agregó.
“El primer trasplante de cara fue en el 2005, y después se han hecho muchos, pero teníamos que superar la función y la apariencia de los recipientes. Queríamos que estos pacientes se pudieran reincorporar a la sociedad y que no se sintieran diferentes a cualquier otra persona, y para mí esto ha sido un orgullo muy grande”, concluyó el galeno.
La cirugía de Harrison fue costeada por una beca de investigación del NYU Langone Medical Center y se espera que procedimientos similares se realicen en este hospital neoyorquino en el futuro.
Más de dos docenas de trasplantes de cara se han realizado en todo el mundo desde que se llevó a cabo el primero en Francia en 2005, de los cuales cinco pacientes no han sobrevivido.
Fuente: La Opinion