Psicologo José González // Buenas Nuevas
@BuenasNuevasPRUna de las preguntas más frecuentes es ¿si un cristiano puede llegar a suicidarse? Algunos piensan que no y otros que sí. De acuerdo a lo hablado anteriormente, el suicidio es realizado por todo tipo de personas sin importar clases sociales, sexo, religión, etc. Lo que sí cabría preguntarse es ¿pasan los cristianos por momentos difíciles en donde no encuentran apoyo ni en sus propias familias y/o comunidades de fe? Eso sería una pregunta válida y real, ya que no podemos olvidar de que somos seres humanos.
He tenido la experiencia de poder dialogar con miles de jóvenes cristianos a través de mis charlas. Son varias las ocasiones que los mismos jóvenes manifiestan que en sus iglesias no reciben el apoyo en momentos de crisis. Que incluso, han tenido que ir a otras iglesias para poder recibir consejería y apoyo. Muchos de ellos ya van con un historial de intentos previos. Es triste oir esto ya que podría ser una de las razones por las cuales la juventud cristiana se desintegra en algunas iglesias. No siente el respaldo de muchos de sus líderes y terminan buscando “un pastor que verdaderamente les pastoree”.
Pero ¿qué dice la Biblia de todo esto? Bueno, lo primero es que no se registra en la Biblia que el suicidio sea un método para llegar a Dios. Si existe un solo método para llegar a Dios y se encuentra en el evangelio según Juan 14:6.
Muchos fueron los hombres de Dios que padecieron sufrimientos y martirios, pero nunca tomaron el suicidio como vía para terminar con su dolor.
Veamos varios ejemplos de esto:
- Pablo: Fue encarcelado y sabiendo que lo matarían, nunca intentó suicidarse.
- Juan El Bautista: Bautizaba a los que se arrepentían y fue el que bautizó a Jesucristo. El mismo que, aún sabiendo que moriría decapitado por Herodes el tetrarca, no se suicidó y confió en las promesas del Señor.
- Pedro: Considerado como el más íntimo con Jesucristo, aunque lo abandonó y negó tres veces, lloró amargamente pero no se suicidó (Lucas 22:62). Al contrario, continuó realizando hasta el día de su muerte lo que Jesucristo le encomendó; “Apacienta mis ovejas” (Juan 21:15).
- José: Vendido por sus hermanos y preso por dos años, no se suicidó y fue fiel a la promesa de Dios. Por lo cual fue prosperado.
- Moisés: Encomendado a sacar al pueblo escogido de Israel y llevarlos al desierto, no optó por suicidarse, si no que hasta el día de su muerte realizó todo lo encomendado por Dios. Tanto que Dios fue quien sepultó su cuerpo y se desconoce el lugar hasta hoy (Deuteronomio 34:6).
- Job: Hombre rico para su época, al que le fue quitada su familia, riquezas y su salud. Se registra que se deprimió pero nunca maldijo a Dios y no recurrió al suicidio para acabar con su amargura, sino que al final de la prueba pudo decir “De oídas te había oído, más ahora mis ojos te ven” (Job 42: 5).
- Ester (Hadasa): Una mujer la cual Dios puso en gracia cuando iba a interceder por el pueblo judío ante el rey Asuero (Ester 4:16). A pesar de la presión emocional, ella se encomendó a Dios y buscó Su fortaleza.
Podría dar un sin número de ejemplos más sobre hombres y mujeres de la Biblia que no vieron el suicidio como alternativa a sus problemas y presiones momentáneas. El mismo Jesucristo que sabía que iba a ser crucificado para que tu y yo viviéramos, clamó al Padre por fortaleza (Lucas 22: 41-44) son parte de esos casos. Muchos prefirieron apoyarse en Dios y dejar que Él estuviera en control de todo (Salmo 46:10).
Por otro lado, podemos encontrar también personas en la Biblia que optaron por el suicidio como alternativa ante situaciones de desesperación y amargura extrema.
Pero todos tienen algo en común; se apartaron de Dios:
- Rey Saúl: Este rey, quien decidió alejarse de Dios, durante una batalla contra los filisteos, fue herido de flecha y tuvo temor de ellos. Le solicitó a su escudero que lo matara ya que no deseaba morir por manos de los que él llamó incircuncisos. Su escudero se negó y el rey Saúl tomó su espada y se echó sobre ella. Su escudero hizo lo mismo (1 Samuel 31: 3-6).
- Ahitofel: Consejero de David quien aconsejó mal a su hijo Absalón. Pero éste al consultar a Husai, le aconsejó que no siguiera el consejo de Ahitofel, porque su consejo no era bueno. Ahitofel, luego de saber que Absalón no siguió su consejo, se llegó hasta su casa y luego se ahorcó (2 Samuel 17: 7, 8, 14, 23).
- Zimri: Quinto rey de Israel quien asesinó a su señor durante una borrachera en casa de Arsá, su mayordomo, en Tirsa. Luego de esto se apoderó del trono pero por sólo siete días ya que no pudo sostenerlo. Luego de que fue reemplazado por Omri, fue hasta el palacio y le prendió fuego estando él adentro (1 Reyes 16: 18).
- Judas Iscariote: Uno de los doce discípulos quien entregó a Jesucristo por 30 monedas de plata. Luego de darse cuenta de lo que hizo, devolvió las monedas y se ahorcó (Mateo 27: 3-5). Es interesante resaltar algo en este caso. Judas al igual que Pedro, traicionaron al Mesías. Uno lo vendió y el otro lo negó, pero ambos lo abandonaron. Ambos se arrepintieron por lo que hicieron y ambos sufrieron por lo que hicieron, sólo uno volvió a los pies del Maestro encontrando paz y perdón, el otro se suicidó.
Como podemos ver en este capítulo, muchos hombres en la Biblia pasaron situaciones similares a las que pasamos nosotros hoy día. Unos, traicionados por algún familiar, otros por amigos, otros les aqueja una enfermedad, otros problemas económicos, otros pérdidas de empleos, otros ruptura amorosa. Sin embargo, cada uno de nosotros decidimos cómo resolveremos nuestras propias situaciones. Todo depende de dónde estés parado en ese momento y cuáles son tus recursos y grupo de apoyo en momentos de crisis.
Nadie está preparado para lo inesperado. Las situaciones te llegan cuando menos las esperas. Lamentablemente, por las situaciones diarias, dejamos que nos saturen y cuando llegan estas situaciones, vienen a ser “la gota que colma la copa”. Es a qui donde vemos estos personajes de la Biblia que se suicidaron. Cuando llegó lo inesperado, estaban cargados de envidia, corage, engaño y codicia, que no pudieron soportar tanta presión. Es lo que le pasa a la mayoría de las personas que hoy día viven bajo una presión, donde no sacan tiempo para relajarse, compartir con sus familias y tomar un descanso. Este tipo de personas son las que en momentos de crisis, “explotan” de una forma que hasta la familia se afecta.
Pero vemos también que si nos cuidamos, trabajamos de forma organizada, no somos partícipes de asuntos de corrupción, somos honestos y vivimos confiados en que Cristo es nuestro redentor, estas situaciones inesperadas podrán ser más llevaderas. No estoy diciendo que “todo será mejor”, sino que podremos atravesar la crisis ya que estamos emocionalmente estables y conservamos un grupo de apoyo esencial; la familia. Si la familia se une y crea una buena relación desde el comienzo, verá que podrá atravesar cualquier situación porque estarán trabajando toda situación como equipo. La realidad es que muchas de las familias puertorriqueñas están fragmentas y en crisis. Hay que volver a trabajar con la integración familiar.
Pero lo importante es que contigo está Uno que no te abandona y nos dijo “En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, Yo he vencido al mundo” (Juan 16: 33).
Uno que debe ser el Líder del grupo y te puede sacar de todo esto si tú se lo permites; Jesucristo.