La atmósfera se sentía liviana. Los niños correteaban y jugaban felices ayer en el residencial Luis Lloréns Torres, mujeres y hombres se abrazaban entre risas que saben a victoria, y otros festejaban desde los balcones de sus apartamentos.
Fue así como transcurrió el concierto gratuito que se celebró ayer, desde las 5:30 p.m., en la plaza Panín del residencial, a modo de acto de reflexión para festejar la reciente tregua entre los bandos que controlan los puntos de droga del complejo.
Para ese clamor de paz y esperanza –que se espera que no signifique meramente una tregua sino un gesto ilimitado–, los residentes del complejo se aglutinaron frente a la tarima en la que cantarían el dúo Tercer Cielo, el rapero Vico-C y el exponente de reguetón cristiano y residente de Lloréns, Alwin Vázquez.
“En las últimas dos semanas, la prensa y Puerto Rico han tenido que reconocer que en Puerto Rico todavía hay esperanza”, dijo desde el escenario Vázquez, aludiendo al pacto y provocando la algarabía reivindicativa entre todos.
Inés Filomeno, que lleva 62 años viviendo en el residencial, era una de las que aplaudía sonreída al experimentar la serenidad comunitaria. “Yo tenía esperanza de que algún día llegara la paz aquí porque ya no se podía vivir”, manifestó.
Al mirar a su alrededor, a las decenas de personas felices, Misael Ayala, barbero de la comunidad y artífice de la mediación entre los bandos y la tregua, dijo emocionado: “Mira qué lindo se ve esto”. “Ya todo el mundo está viendo lo que está pasando todos los días. Los nenes no cesan de jugar y no quieren ni subir. Esto yo creo que es una motivación para que la gente siga creyendo que la paz existe y que se va a seguir llevando a cabo”, reflexionó Ayala.
El gestor cultural Antonio Morales Cruz, autor de la obra Por amor en el caserío, también se mostró ilusionado en esta coyuntura social en la que afirmó que gente de todos los sectores del complejo se reunió sin temor. “Siempre creí y tuve la fe en que algún día íbamos a tener una comunidad como cualquier otra, donde los niños pueden salir a jugar, donde la gente puede compartir sin el temor a que haya una bala loca”, subrayó del escenario que espera que sea apenas el principio “de muchas cosas buenas”.
La velada se pintó con el entusiasmo de Los Kennedy Kids con sus caras de blanco por la pantomima que le entregarían al público y los maquillajes, peinados y atuendos combinados del grupo de baile de la comunidad, Bless Dance Crew. Pero claro, las sonrisas fueron las constantes pinceladas de este concierto en el que una mujer sostenía un cartel que resumía el pedido de todos: “Paz para mi Lloréns”.
Otros como la boxeadora Kiria Tapia y el cantante cristiano Abraham asistieron para apoyar el logro comunitario. “Creo que Puerto Rico debe aprender una lección que se está dando hoy (ayer) aquí; fuera el protagonismo y luchemos por las causas”, finalizó Abraham.
Bailaron y cantaron con libertad, como desde hace mucho esperaban.
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