Julio Román // Buenas Nuevas
@julitoroman
No hay nada de malo con entretenerse sanamente. Sin embargo, para nosotros que servimos en las artes del reino de Dios, esa meta de entretener debe de sentirse demasiado baja. Creo que debemos de aspirar a que haya un cambio en la vida de los miembros de nuestra audiencia.
La pregunta es, ¿Cómo lo hacemos? La verdad es que, en este momento, no tengo la respuesta final, pero sí puedo compartirte lo que el Señor está ministrando a mi corazón.
La Parábola del Sembrador
Veamos cómo Jesús explica la parábola del sembrador en Marcos 4:13:
“13 Y les dijo:
—¿No entendéis esta parábola? ¿Cómo, pues, entenderéis todas las parábolas?14 El sembrador es el que siembra la palabra. 15 Los de junto al camino son aquellos en quienes se siembra la palabra, pero después que la oyen viene Satanás y quita la palabra que se sembró en sus corazones. 16 De igual modo, los que fueron sembrados en pedregales son los que, al oír la palabra, al momento la reciben con gozo; 17 pero no tienen raíz en sí y no se mantienen firmes; por eso, cuando viene la tribulación o la persecución por causa de la palabra, tropiezan.18 Los que fueron sembrados entre espinos son los que oyen la palabra, 19 pero los afanes de este siglo, el engaño de las riquezas y las codicias de otras cosas, entran y ahogan la palabra, y la hacen infructuosa. 20 Y los que fueron sembrados en buena tierra son los que oyen la palabra, la reciben y dan fruto a treinta, a sesenta y a ciento por uno”.
Tenemos que vernos como sembradores de la Palabra
Cada uno de nuestros proyectos son semillas que sembramos en nuestra audiencia. A nosotros nos corresponde sembrar la Palabra. Pablo dijo: “Yo planté, Apolos regó, pero el crecimiento lo ha dado Dios” (1 Corintios 3:6). Nosotros NO somos los que vamos a hacer que la semilla crezca en los corazones de nuestra audiencia. Es el Espíritu Santo quien hace esa obra de transformación.
Tenemos que asegurarnos de sembrar la Palabra, no nuestras propias ideas o emociones.
Tenemos que asegurarnos que nuestra pieza de arte esté tan saturada de la Palabra y del poder del Espíritu Santo que se convierta en una semilla de la Palabra. No estamos llamados a sembrar nuestras ideas, críticas o sentimientos. Estamos llamados a sembrar la Palabra.
Tenemos que ser competitivos en calidad
La calidad hace que la audiencia esté más atenta al contenido. La falta de calidad es solo una distracción. Así que busca hacer lo mejor que puedas hacer con los recursos que tienes a tu disposición, y poco a poco ve creciendo en calidad.
Tenemos que tener las expectativas correctas
En la Parábola del Sembrador hay cuatro tipos de terrenos:
Aun si tenemos un proyecto de una calidad impresionante y saturado de la Palabra de Dios y el poder del Espíritu Santo, nos vamos a encontrar con 4 tipos de personas:
Lo más probable, nuestro proyecto no provocará un cambio en todas las personas. Sin embargo, hay un grupo que sí será impactado a tal grado que llevarán mucho fruto. Por lo demás, a nosotros nos corresponde sembrar la Palabra. El crecimiento, es asunto de Dios.
Hasta la próxima semana,
@julitoroman
No hay nada de malo con entretenerse sanamente. Sin embargo, para nosotros que servimos en las artes del reino de Dios, esa meta de entretener debe de sentirse demasiado baja. Creo que debemos de aspirar a que haya un cambio en la vida de los miembros de nuestra audiencia.
La pregunta es, ¿Cómo lo hacemos? La verdad es que, en este momento, no tengo la respuesta final, pero sí puedo compartirte lo que el Señor está ministrando a mi corazón.
La Parábola del Sembrador
Veamos cómo Jesús explica la parábola del sembrador en Marcos 4:13:
“13 Y les dijo:
—¿No entendéis esta parábola? ¿Cómo, pues, entenderéis todas las parábolas?14 El sembrador es el que siembra la palabra. 15 Los de junto al camino son aquellos en quienes se siembra la palabra, pero después que la oyen viene Satanás y quita la palabra que se sembró en sus corazones. 16 De igual modo, los que fueron sembrados en pedregales son los que, al oír la palabra, al momento la reciben con gozo; 17 pero no tienen raíz en sí y no se mantienen firmes; por eso, cuando viene la tribulación o la persecución por causa de la palabra, tropiezan.18 Los que fueron sembrados entre espinos son los que oyen la palabra, 19 pero los afanes de este siglo, el engaño de las riquezas y las codicias de otras cosas, entran y ahogan la palabra, y la hacen infructuosa. 20 Y los que fueron sembrados en buena tierra son los que oyen la palabra, la reciben y dan fruto a treinta, a sesenta y a ciento por uno”.
Tenemos que vernos como sembradores de la Palabra
Cada uno de nuestros proyectos son semillas que sembramos en nuestra audiencia. A nosotros nos corresponde sembrar la Palabra. Pablo dijo: “Yo planté, Apolos regó, pero el crecimiento lo ha dado Dios” (1 Corintios 3:6). Nosotros NO somos los que vamos a hacer que la semilla crezca en los corazones de nuestra audiencia. Es el Espíritu Santo quien hace esa obra de transformación.
Tenemos que asegurarnos de sembrar la Palabra, no nuestras propias ideas o emociones.
Tenemos que asegurarnos que nuestra pieza de arte esté tan saturada de la Palabra y del poder del Espíritu Santo que se convierta en una semilla de la Palabra. No estamos llamados a sembrar nuestras ideas, críticas o sentimientos. Estamos llamados a sembrar la Palabra.
Tenemos que ser competitivos en calidad
La calidad hace que la audiencia esté más atenta al contenido. La falta de calidad es solo una distracción. Así que busca hacer lo mejor que puedas hacer con los recursos que tienes a tu disposición, y poco a poco ve creciendo en calidad.
Tenemos que tener las expectativas correctas
En la Parábola del Sembrador hay cuatro tipos de terrenos:
- Los de junto al camino
- Los pedregales
- Los de entre espinos
- La buena tierra
Aun si tenemos un proyecto de una calidad impresionante y saturado de la Palabra de Dios y el poder del Espíritu Santo, nos vamos a encontrar con 4 tipos de personas:
- Los que permitirán que Satanás les robe la Palabra que sembramos en ellos.
- Los que no tienen raíz, por lo tanto, cuando venga la tribulación o persecución tropezarán
- Los que por los afanes de este siglo, el engaño de las riquezas, y las codicias de otras cosas la Palabra se ahoga y evitan que lleve fruto
- Los que reciben la Palabra y dan fruto al treinta, sesenta y al ciento por uno. Este es el grupo que verá el cambio en su vida.
Lo más probable, nuestro proyecto no provocará un cambio en todas las personas. Sin embargo, hay un grupo que sí será impactado a tal grado que llevarán mucho fruto. Por lo demás, a nosotros nos corresponde sembrar la Palabra. El crecimiento, es asunto de Dios.
///Julito
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