@BuenasNuevasPR
Cuba reabrió el lunes su embajada en Estados Unidos y se puso fin a más de cinco décadas de Guerra Fría y hostilidad entre ambas naciones.
El canciller cubano Bruno Rodríguez presenció el acto en el que tres efectivos de la Guardia de Honor Presidencial vestidos con traje de ceremonia izaron por primera vez desde 1961 la bandera -una estrella blanca sobre fondo rojo junto a franjas azules y blancas- a las puertas de lo que a partir de hoy será la embajada.
La ceremonia ocurrió horas después de que la Sección de Intereses de Cuba en Washington cambiara su cuenta de Twitter para identificarse como "embajada".
La nueva era de los lazos entre Cuba y Estados Unidos comenzó sin gran ceremonia en la medianoche del domingo al lunes en Washington y La Habana, cuando entraron en vigor los términos de un acuerdo del 20 de julio para retomar los lazos bilaterales, y las misiones diplomáticas de ambos países dejaron de ser secciones de intereses para convertirse en embajadas.
Al llegar la medianoche en las dos capitales terminó una serie de políticas ampliadas y endurecidas desde que el presidente John F. Kennedy chocó en un principio con el joven revolucionario Fidel Castro por la expansión de la entonces Unión Soviética en las Américas.
Al amanecer, y sin ceremonias, el personal del Departamento de Estado colocó la bandera cubana en su vestíbulo junto a las de todas las naciones con las cuales Estados Unidos mantiene relaciones diplomáticas.
A la ceremonia acudió una delegación estadounidense que no ejerció derecho de palabra, encabezada por la subsecretaria de Estado para América Latina Roberta Jacobson y Jeffrey DeLaurentis, quien se desempeñará a partir de lunes como encargado de negocios de la embajada estadounidense en La Habana.
DeLaurentis, quien fungió como jefe de la sección de Intereses desde agosto, podría estar en la lista final de postulados a embajador estadounidense en Cuba.
¿Qué significa esto para los cristianos cubanos?
Luego del anuncio de la reanudación de las relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Cuba, Mundo Cristiano entrevistó a varios cristianos cubanos quienes aseguran estar a la expectativa por los cambios que se avecinan para la Iglesia en su país.
Algunos de ellos creen que esos cambios podrían ser la libre entrada de líderes evangélicos estadounidenses que les capaciten.
"Podrían, por ejemplo, venir profesores a dar cursos, capacitaciones. Esto de alguna forma ya se ha hecho, pero el proceso aún es muy engorroso y muy difícil", indicó Jonad García, pastor de jóvenes.
"Permitiría que muchas personalidades del Evangelio que hasta ahora han tenido prohibido venir a Cuba, pudieran venir y eso sería de gran impacto para los cristianos en Cuba", indicó Francisco Medina, de la Liga Evangélica de Cuba.
Otros esperan que esta nueva etapa ayude a mejorar el acceso a la Internet, las comunicaciones e incluso a las Biblias.
"El tema de Internet, las comunicaciones nos ayudaría; desde el punto de vista para institutos bíblicos", comentó Danay Baldor, abogada.
"A mí específicamente me emociona bastante. Soy líder de jóvenes y creo que es una forma de alcanzar a los jóvenes, ya que las nuevas tecnologías atraen mucho sobre todo a este sector de la sociedad, y en la Iglesia no es la excepción", comentó García.
"Uno de los más grandes beneficios es la posibilidad de aumentar la entrada de Biblias aquí a Cuba, se van a abrir las puertas para que entre Biblias de muchas organizaciones, iglesias a través de Estados Unidos", añadió.
En relación a eso, los cristianos en Cuba recibieron más de 83.000 biblias a principios de este mes, donadas por el ministerio International Missions Board, un ministerio estadounidense.
La Convención Bautista de Cuba está distribuyendo las biblias a los creyentes en más de 1.000 iglesias en toda la isla.
¿Qué otras acciones se precisan para que las instituciones religiosas cubanas sientan un cambio real?
Medina dijo que esto "depende de la voluntad del gobierno cubano de permitir el acceso de diferentes instituciones religiosas estadounidenses a su país y de aprobar algunas cuestiones de carácter espiritual que la Iglesia debe hacer y que muchas veces se ve frenada a llevar a cabo por falta de aprobación gubernamental".
"Digamos marchas, actos en instituciones abiertas para alcanzar a los perdidos, la adquisición de locales donde podamos ampliar nuestras iglesias, rentas de locales donde podamos tener seminarios, escuelas; en fin. Pienso que hay un cambio en la relación. Pero hace falta un cambio en la conducta y en la manera de pensar de los gobernantes tanto cubanos como estadounidenses", concluyó.
Más detalles sobre la apertura histórica
Desde fines de la década de 1970, Estados Unidos y Cuba operaron misiones diplomáticas denominadas Secciones de Intereses en La Habana y Washington que estuvieron técnicamente bajo la protección de Suiza, pero sin gozar del mismo estatus que una embajada plena.
Bruno Rodríguez, el secretario de Estado de Cuba, viajó a Washington acompañado por una comitiva de al menos 30 personas, y que incluyó a la vicepresidenta de la Asamblea Nacional, Ana María Mari; el ex canciller y ex líder parlamentario, Ricardo Alarcón; el cantautor Silvio Rodríguez; el artista plástico Alexis Leiva (Kcho) y el historiador de la ciudad de La Habana, Eusebio Leal.
El restablecimiento de las embajadas fue anunciado en Cuba y Estados Unidos el 1 de julio, para que entren en vigor el 20 de este mes y son el resultado de un acercamiento iniciado en diciembre pasado por los presidentes Raúl Castro y Barack Obama tras más de cinco décadas de hostilidades.
La Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana anunció el lunes su conversión en embajada en un comunicado, pero no izará inmediatamente la insignia de las barras y las estrellas hasta una ceremonia formal que el secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry probablemente encabezará en agosto.
"Acabo de hacer mi primera llamada de la historia al Centro de Operaciones del Departamento de Estado de desde la embajada de Estados Unidos en La Habana. No existía en enero de 1961", indicó en su cuenta de Twitter Conrad Tribble, número dos de la delegación diplomática de Estados Unidos en La Habana.
Sin embargo, aunque la normalización protagoniza el estado de las relaciones bilaterales, sigue habiendo un profundo abismo ideológico entre los dos países, y quedan muchos asuntos por resolver. Algunos de estos temas son espinosas disputas, como las reclamaciones cruzadas de reparaciones económicas, la insistencia de La Habana de que se ponga fin al embargo impuesto hace 53 años y las peticiones estadounidenses de que se hagan mejoras en derechos humanos y democracia.
Algunos legisladores estadounidenses, incluidos varios aspirantes destacados a la candidatura republicana, han prometido no revocar el embargo y anunciado que si alcanzan la presidencia darán marcha atrás en las decisiones de Obama sobre Cuba.
Aun así, los acontecimientos del lunes sellan un drástico cambio de rumbo en la política estadounidense sobre la isla comunista durante el gobierno del presidente Barack Obama, que ha buscado acercamientos con Cuba desde que asumió el cargo, y suavizado de forma progresiva las restricciones sobre el viaje y el envío de dinero a la isla.
Los esfuerzos de Obama tropezaron durante años por el encarcelamiento en Cuba de Alan Gross, contratista de la Agencia estadounidense para el Desarrollo Internacional. Pero tras meses de negociaciones secretas, el pasado diciembre se obtuvo la liberación de Gross y de varios prisioneros políticos en Cuba, así como de los miembros de una célula cubana de espionaje que seguían presos en Estados Unidos. El 17 de diciembre, Obama y el presidente cubano, Raúl Castro, anunciaron que retomarían las relaciones diplomáticas plenas.
Obama declaró que la antigua política hacia Cuba había sido un fracaso que no alcanzó los resultados pretendidos, y afirmó que EEUU no podía seguir haciendo lo mismo y esperar un cambio. Por tanto, dijo, comenzaría a trabajar en la normalización de relaciones.
El proceso avanzó despacio hasta que Estados Unidos retiró a Cuba de su lista de países que auspician el terrorismo a finales de mayo, y después se atascó en cuestiones sobre el acceso de los diplomáticos estadounidenses a los cubanos de a pie.
El 1 de julio, sin embargo, se resolvieron estos asuntos y ambos países intercambiaron notas diplomáticas aceptando que la fecha de restauración de relaciones plenas sería el 20 de julio.
Fuente: cbn.com