Cortometraje “Al Otro Lado del Tiempo”
@julitoroman
Este sábado, durante la noche de premiaciones del Enfoque International Film Festival, tuvimos la oportunidad de estrenar nuestro cortometraje “Al Otro lado el Tiempo.” Esa noche tuve la encomienda de entregar uno de los premios. Entregué el premio, presenté el corto y me senté entre el público, como me gusta hacerlo en los estrenos de todos nuestros proyectos.
La experiencia de ver la película con el público
Hasta ese momento, las únicas dos personas que habían visto la versión completa del cortometraje éramos mi esposa y yo. Así que, iba a ser una sorpresa para todos.
El público está atento y comienzan los créditos iniciales de los auspiciadores, que sin ellos, literalmente, el proyecto no se hubiera podido hacer. Luego, comienza la historia. Todo es silencio. Ese es el momento específico que más me gusta. Es el momento en que el público nos da toda su confianza. Es como si me dijeran: “Ok. Aquí estoy. Sorpréndeme.”
¿Qué pasa por mi mente?
Lo primero que pasa por mi mente es, “Señor, por favor que reciban lo que quieres ministrarles.” A renglón seguido: “Yo espero que entiendan la película.” Mientras escucho los primeros momentos, mi mente salta en dos pensamientos casi simultáneos.
El primer pensamiento, “Eso les quedó bien a los actores.” El segundo pensamiento, “Dios mío, el sonido de este sitio está malo. ¿Por qué se escucha así? Que problema, no tienen subwoffer y yo creo que aquella bocina está explotá. ¡Que madre! La mezcla no se escuchará bien. Los muchachos de sonido tienen que estar sufriendo.”
Después regreso a la historia y veo otros detalles en los actores… “Caramba, que bien le quedó eso.” Y otro pensamiento invade mi mente, “El proyector tiene mucho contraste. Estoy perdiendo profundidad. ¡Madre! No se ven los detalles en las sombras. Ay Dios mío, van a pensar que es un desastre.”
En este punto todo es silencio, hasta que detrás de mí escucho un susurro entre dos personas y una pequeña risa. “¿Por qué se están riendo? Anda, me fui en un viaje. ¿Pensarán que eso quedó ridículo? Ay Señor, me quiero ir pa’ casa.”
De alguna manera reúno el valor para quedarme sentado y llega la próxima escena. “Que madre, ahí hace falta el “close up” que no me dio tiempo de filmar. Para la próxima tengo que coordinarlo mejor para que me dé tiempo de hacer todos mis tiros. Ese tiro era importante.”
Y en eso comienza otra escena. “Ay, aquí viene. Anda, están callados. ¿Están aburridos o están atentos? Ay Señor, yo espero que no sea que están aburridos.” Y se acerca la escena final y junto con ella mi expectativa crece. “Si el final no funciona nos chavamos.” Y cuando el último tiro de la película aparece, mi corazón late rápidamente. “Que brutal le quedó esa música a Manuel (el compositor). Ahora es… el final.”
Termina la película y por una milésima de segundo que dura el silencio mi respiración se detiene. La gente comienza a aplaudir y yo pienso, “¿Les gustó la película o serán los alborotosos de mi crew que están aplaudiendo para que yo me sienta bien? No sé.”
Y con eso continúa el evento. Miro al lado y varios miembros del crew me miran sonrientes, emoción en sus ojos. Ahí otro pensamiento viene a mi mente, “Gracias Señor. Sea lo que sea, la gloria es tuya. Tengo el mejor trabajo del mundo.” Mi esposa coloca su mano sobre mi brazo, sonriente. Y la noche continúa mientras pienso, “Dios mío, que no se me haya olvidado nadie en los créditos.”
Eso fue como el 10% de lo que pasó por mi mente esa noche. Pero por encima de ello, lo disfrutamos por completo. Eso es lo importante. Disfrutar lo que Dios está haciendo.
Hasta la próxima semana.
///Julito
Buenas Nuevas es una publicación enfocada en llevar las buenas noticias de Puerto Rico y latinoamerica. Llevar noticias cristianas o que aporten un bien a nuestra sociedad es nuestro compromiso. Si desea compartirnos lo que harán en su comunidad o iglesia, tiene alguna petición etc. escríbanos a redaccion@buenasnuevaspr.com. Le invitamos a que nos comparta sus comentarios.
De alguna manera reúno el valor para quedarme sentado y llega la próxima escena. “Que madre, ahí hace falta el “close up” que no me dio tiempo de filmar. Para la próxima tengo que coordinarlo mejor para que me dé tiempo de hacer todos mis tiros. Ese tiro era importante.”
Y en eso comienza otra escena. “Ay, aquí viene. Anda, están callados. ¿Están aburridos o están atentos? Ay Señor, yo espero que no sea que están aburridos.” Y se acerca la escena final y junto con ella mi expectativa crece. “Si el final no funciona nos chavamos.” Y cuando el último tiro de la película aparece, mi corazón late rápidamente. “Que brutal le quedó esa música a Manuel (el compositor). Ahora es… el final.”
El final
Termina la película y por una milésima de segundo que dura el silencio mi respiración se detiene. La gente comienza a aplaudir y yo pienso, “¿Les gustó la película o serán los alborotosos de mi crew que están aplaudiendo para que yo me sienta bien? No sé.”
Y con eso continúa el evento. Miro al lado y varios miembros del crew me miran sonrientes, emoción en sus ojos. Ahí otro pensamiento viene a mi mente, “Gracias Señor. Sea lo que sea, la gloria es tuya. Tengo el mejor trabajo del mundo.” Mi esposa coloca su mano sobre mi brazo, sonriente. Y la noche continúa mientras pienso, “Dios mío, que no se me haya olvidado nadie en los créditos.”
Eso fue como el 10% de lo que pasó por mi mente esa noche. Pero por encima de ello, lo disfrutamos por completo. Eso es lo importante. Disfrutar lo que Dios está haciendo.
Hasta la próxima semana.
///Julito
Julio Román es un escritor, director y productor enfocado en realizar proyectos que llevan un mensaje de amor y esperanza a la sociedad. Por medio de su empresa Prophesy Films, Julio persigue su sueño de causar una transformación social, utilizando la Palabra de Dios a través de los medios de comunicación. Si desea conocer más acerca de sus proyectos, puede acceder a www.julioroman.com
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