Jesús fue el hombre más ocupado de la historia y tenía una ética laboral equilibrada
Dr. Nando Steidel // Buenas Nuevas
La gente está muy ocupada, cansada y exhausta con la realidad virtual de la cultura de lo inmediato que hemos creado. Muchos hombres están a punto de colapsar por fatiga o por ansiedad debido al estilo de vida que han adoptado. El Apóstol Pablo escribió en Romanos 12:2: “No se amolden al mundo actual, sino sean transformados mediante la renovación de su mente. Así podrán comprobar cuál es la voluntad de Dios, buena, agradable y perfecta”.
Para no colapsar necesitamos renovar nuestra mente sin amoldarnos al tiempo definido en los términos del mundo sin balance en que vivimos. La transformación de nuestra mente es necesaria para ver la vida como Dios la ve. Creer que realmente él tiene un Plan mejor que él mío. Te quiero regalar 3 pasos para vivir una vida balanceada en un mundo que fomenta la rapidez como forma de vida.
Paso 1. Revisa tus Patrones
Revisar tus patrones implica hacerte preguntas bastantes fuertes. ¿Vivo una vida balanceada de verdad? Te aconsejo que les preguntes a las personas más cercanas a ti. Comenzando por tu esposa y tus hijos(as), debes hacer preguntas que tengan que ver con cómo perciben ellos que manejas el tiempo. Si leíste esto y tu primera reacción es: “Nando, no quiero preguntarle eso a mi esposa ni a mis hijos”, es probable que sea una indicación de que realmente conoces la respuesta y tienes temor a enfrentarte a ella. Con mucho amor te digo que necesitas darle a este paso una aplicación directa y entender que tu esposa e hijos(as) viven contigo y, en definitiva, es la mejor forma de comenzar a revisar tus patrones. Luego debes compartirlo con tus amigos, líderes o pastores cercanos a ti, ya que a ellos debes otorgarles permiso para que te aconsejen, instruyan y enseñen.
¿Qué estoy haciendo que debería dejar de hacer? ¿Qué no estoy haciendo que debería comenzar a hacer? ¿Qué hago que no está agradando a Dios? ¿Qué no estoy haciendo, en que estoy siendo negligente?
En la Biblia se describen muchos momentos en que los hombres de Dios necesitaron balancear su vida entre lo que hacían y lo que realmente necesitaban hacer. La sobrecarga te cansa, te fatiga y provoca ansiedad, las decisiones firmes en cuanto a las prioridades determinan la acción del poder de Dios en ti. Por eso Pablo le dijo a Timoteo: “Aviva el fuego del don de Dios que está en ti” (2 Timoteo 2:6). Necesitamos avivar el fuego de Dios en su presencia. Detener el día agitado y la rapidez con la que se vive e invertir en tener tiempo en la presencia de Dios. Al llenarnos de su poder, su carácter y su corazón mantenemos el balance. Entonces establecemos tiempos de descanso, tiempos familiares y tiempos ministeriales. Dios anhela que actúes con su autoridad y su poder, para eso necesitas ser transformado por su gracia y por su Espíritu para revisar tus patrones, revisar tu velocidad y detenerte regularmente para vivir una vida balanceada en mundo agitado.
Dios te bendiga
Pastor/Dr. Nando Steidel
Ministerio Hombres Discipulados
www.hombresdiscipulados.com
Paso 2: Revisa tu Velocidad
El tiempo pasa muy rápido y en ocasiones no nos damos cuenta de que nuestra propia velocidad nos puede autodestruir. Hay un animal africano conocido como el “escarabajo tigre” que es capaz de mover 170 veces la distancia de su cuerpo. En su hábitat natural, el escarabajo tigre se mueve tan rápido que sus grandes ojos no pueden seguir el ritmo de su cuerpo. Cuando persigue su comida, a veces, pierde de vista a su presa debido a su propia velocidad y lo único que puede hacer es detenerse para volver a enfocar su vista. Es decir, tiene una velocidad que ciega. Eso nos ocurre a menudo, vamos tan rápido que perdemos la capacidad de enfocarnos. La única alternativa que tenemos es detenernos y enfocarnos en la presencia de Dios, su Palabra y la gente cercana que nos ama. Te exhorto a que revises tu velocidad, no sea que luego te lamentes por perder la posibilidad de enfocarte periódicamente en Dios. Preguntas para considerar:
¿Qué estoy haciendo que debería dejar de hacer? ¿Qué no estoy haciendo que debería comenzar a hacer? ¿Qué hago que no está agradando a Dios? ¿Qué no estoy haciendo, en que estoy siendo negligente?
Paso 3. Detente regularmente para revaluar
Jesús fue el hombre más ocupado de la historia y tenía una ética laboral equilibrada. Trabajaba, descansaba, oraba y se apartaba a lugares desiertos. El Evangelio de Lucas, capítulo 5:15-16, nos relata que: “Su fama se extendía más y más; y se reunía mucha gente para oírle, y para que les sanase de sus enfermedades. Mas él se apartaba a lugares desiertos, y oraba”. Sorprendente, aunque la fama de Jesús se hacía mayor nos muestra el balance perfecto que tenía al tomar tiempo para apartarse, detenerse y reenfocarse en Dios. Las reglas de mercadeo establecen que cuando la fama es mucha se debe exponer más el recurso. Sin embargo, Jesús nos mostró un ejemplo totalmente opuesto, aun cuando su fama era mayor, él se iba al desierto para estar alejado de la multitud y tener comunión con Dios.
En la Biblia se describen muchos momentos en que los hombres de Dios necesitaron balancear su vida entre lo que hacían y lo que realmente necesitaban hacer. La sobrecarga te cansa, te fatiga y provoca ansiedad, las decisiones firmes en cuanto a las prioridades determinan la acción del poder de Dios en ti. Por eso Pablo le dijo a Timoteo: “Aviva el fuego del don de Dios que está en ti” (2 Timoteo 2:6). Necesitamos avivar el fuego de Dios en su presencia. Detener el día agitado y la rapidez con la que se vive e invertir en tener tiempo en la presencia de Dios. Al llenarnos de su poder, su carácter y su corazón mantenemos el balance. Entonces establecemos tiempos de descanso, tiempos familiares y tiempos ministeriales. Dios anhela que actúes con su autoridad y su poder, para eso necesitas ser transformado por su gracia y por su Espíritu para revisar tus patrones, revisar tu velocidad y detenerte regularmente para vivir una vida balanceada en mundo agitado.
Dios te bendiga
Pastor/Dr. Nando Steidel
Ministerio Hombres Discipulados
www.hombresdiscipulados.com