Pastora Luz Esther Cadiz// BUENAS NUEVAS
luzesther14@hotmail.com
“¿Y cómo predicarán si no fueren enviados?”, fue la expresión del apóstol Pablo. ¿A quién se lo está diciendo y por qué? Esto sucedió en el primer siglo de la era cristiana. ¿Será necesario enviar misioneros todavía hoy? Ante tanta tecnología y centenares de programas de radio, televisión, via internet. ¿Hará falta el envío de misioneros? Saludos y bienvenidos una vez más a esta sección de Conociendo de Misiones. Hoy quiero comenzar una serie enfocada en la Iglesia del Siglo XXI y el envío de misioneros.
Esta expresión del apóstol Pablo la encontramos en Romanos 10:15. Como apóstol a los gentiles, a pesar de sus profundas raíces judías, Pablo afirmó que “todo el que invoque el nombre del Señor será salvo”. Estas palabras pueden ser comunes para nosotros, pero no para un judío que entendía que los gentiles eran personas sin valor. Él estaba afirmando que la redención a través del Mesías estaba disponible para todos los pueblos de la tierra y no solo para los judíos. También afirmaba que lo único que necesitaban hacer era invocar el nombre del Señor. Pero esto solo era posible si alguien les predicaba esta verdad para que ellos oigan, crean e invoquen al Señor Jesús como Señor de sus vidas. Para que esto sea posible, alguien tiene que enviar a los que proclamarán este mensaje transformador del evangelio de Cristo. Como he dicho en muchas ocasiones, un misionero no es alguien que sale o que se va, sino alguien que es enviado. Detrás de cada misionero debe haber una iglesia que reconoce los dones y el llamamiento de esa persona que responde al Señor y con la cual la iglesia se compromete para hacer posible que se cumpla su tarea.
En lo que va del año he participado en dos ceremonias de comisión de misioneros, una en Puerto Rico y otra en Florida, aunque en ambos lugares son puertorriqueños quienes están siendo enviados a las naciones. En Cataño, Puerto Rico, una pareja con dos niños pequeños fue comisionada por su iglesia para salir rumbo a Honduras a trabajar con niños de la calle y en la plantación de iglesias de una comunidad de escasos recursos en la región de San Pedro Sula. En Tampa, Florida, una joven adulta soltera fue comisionada por su congregación para servir en el sur de Asia y apoyar el esfuerzo de misioneros que sirven en esa región y están alcanzando comunidades en lugares remotos donde el evangelio no ha llegado. ¡¡Qué grandes celebraciones!!
En ambos casos, fueron iglesias que se comprometieron al 100% con sus misioneros. Iglesias que no les dejaron ir, sino que los están enviando, yendo con ellos. Fue hermoso ver los diferentes ministerios de la iglesia, niños, jóvenes, hombres, mujeres, junta de oficiales, etc., expresar su solidaridad y compromiso con estos nuevos obreros. Lágrimas que expresaban una mezcla de emociones. Tristeza, porque les van a extrañar. Estos obreros primero fueron servidores en sus respectivas congregaciones y marcaron la vida de mucha gente. Son amados, apreciados y valorizados por la iglesia. Pero estas lágrimas también expresaban alegría porque los estaban ofrendando a Dios, a la extensión del Reino y sabían que estaban dando lo mejor.
“¿Cómo predicarán si no fueren enviados?, fue la pregunta del apóstol. Se necesitan iglesias dispuestas a enviar. Iglesias que vean el envío de misioneros como una de las metas principales y prioritarias en sus congregaciones. El pastor Dwight Miranda, de la Iglesia Vida Community Church en Tampa expresaba con gran regocijo que desde que se fundó la iglesia, ese era su anhelo. Fue un gozo enorme y un privilegio que Dios les daba, expresó él, que una iglesia que aún no tiene 8 años de fundada, ya está comisionando su primera misionera para servir entre pueblos no alcanzados en Asia. De igual forma, el pastor Pedro Montañez de la Iglesia 1 Corintios 13 en Cataño se regocijó junto a la congregación de que luego de varios años de trabajo en Honduras, Dios llamó a su único hijo varón a servir en misiones junto a su familia.
Dios sigue llamando obreros y necesita pastores y congregaciones dispuestas a dar lo mejor para enviar y sostener la obra misionera en el campo transcultural. Pero, ¿será necesario seguir enviando obreros a las naciones? De esto hablaremos la próxima semana en Conociendo de Misiones.
Esta expresión del apóstol Pablo la encontramos en Romanos 10:15. Como apóstol a los gentiles, a pesar de sus profundas raíces judías, Pablo afirmó que “todo el que invoque el nombre del Señor será salvo”. Estas palabras pueden ser comunes para nosotros, pero no para un judío que entendía que los gentiles eran personas sin valor. Él estaba afirmando que la redención a través del Mesías estaba disponible para todos los pueblos de la tierra y no solo para los judíos. También afirmaba que lo único que necesitaban hacer era invocar el nombre del Señor. Pero esto solo era posible si alguien les predicaba esta verdad para que ellos oigan, crean e invoquen al Señor Jesús como Señor de sus vidas. Para que esto sea posible, alguien tiene que enviar a los que proclamarán este mensaje transformador del evangelio de Cristo. Como he dicho en muchas ocasiones, un misionero no es alguien que sale o que se va, sino alguien que es enviado. Detrás de cada misionero debe haber una iglesia que reconoce los dones y el llamamiento de esa persona que responde al Señor y con la cual la iglesia se compromete para hacer posible que se cumpla su tarea.
En lo que va del año he participado en dos ceremonias de comisión de misioneros, una en Puerto Rico y otra en Florida, aunque en ambos lugares son puertorriqueños quienes están siendo enviados a las naciones. En Cataño, Puerto Rico, una pareja con dos niños pequeños fue comisionada por su iglesia para salir rumbo a Honduras a trabajar con niños de la calle y en la plantación de iglesias de una comunidad de escasos recursos en la región de San Pedro Sula. En Tampa, Florida, una joven adulta soltera fue comisionada por su congregación para servir en el sur de Asia y apoyar el esfuerzo de misioneros que sirven en esa región y están alcanzando comunidades en lugares remotos donde el evangelio no ha llegado. ¡¡Qué grandes celebraciones!!
En ambos casos, fueron iglesias que se comprometieron al 100% con sus misioneros. Iglesias que no les dejaron ir, sino que los están enviando, yendo con ellos. Fue hermoso ver los diferentes ministerios de la iglesia, niños, jóvenes, hombres, mujeres, junta de oficiales, etc., expresar su solidaridad y compromiso con estos nuevos obreros. Lágrimas que expresaban una mezcla de emociones. Tristeza, porque les van a extrañar. Estos obreros primero fueron servidores en sus respectivas congregaciones y marcaron la vida de mucha gente. Son amados, apreciados y valorizados por la iglesia. Pero estas lágrimas también expresaban alegría porque los estaban ofrendando a Dios, a la extensión del Reino y sabían que estaban dando lo mejor.
“¿Cómo predicarán si no fueren enviados?, fue la pregunta del apóstol. Se necesitan iglesias dispuestas a enviar. Iglesias que vean el envío de misioneros como una de las metas principales y prioritarias en sus congregaciones. El pastor Dwight Miranda, de la Iglesia Vida Community Church en Tampa expresaba con gran regocijo que desde que se fundó la iglesia, ese era su anhelo. Fue un gozo enorme y un privilegio que Dios les daba, expresó él, que una iglesia que aún no tiene 8 años de fundada, ya está comisionando su primera misionera para servir entre pueblos no alcanzados en Asia. De igual forma, el pastor Pedro Montañez de la Iglesia 1 Corintios 13 en Cataño se regocijó junto a la congregación de que luego de varios años de trabajo en Honduras, Dios llamó a su único hijo varón a servir en misiones junto a su familia.
Dios sigue llamando obreros y necesita pastores y congregaciones dispuestas a dar lo mejor para enviar y sostener la obra misionera en el campo transcultural. Pero, ¿será necesario seguir enviando obreros a las naciones? De esto hablaremos la próxima semana en Conociendo de Misiones.
¿Quieres involucrarte en misiones en alguna medida? ¿Quieres aprender más y deseas prepararte para servir a corto o largo plazo? Queremos ayudarte a cumplir el propósito de Dios en tu vida. También queremos ayudarte a involucrar tu iglesia en misiones. AMIES Internacional está para servirte. Comunícate con nosotros a través del: 787-941-0277; 790-0091, www.facebook.com/amiesinternacional y en amieswec87@gmail.com.