Ellas no lo pidieron. Sin embargo, ya tenía el “magic marker” en mi mano…en el baño de mi escuela intermedia escribí mi nombre, al igual que todas mis amigas. Me sentía bien. En realidad no quería hacerlo. ¿Para qué dañar las paredes del baño?
Al día siguiente, el director de la escuela no tardó en mandarme a buscar a mi salón de clases junto a otras amigas (no todas las que escribimos nuestros nombres) para decirnos que tendríamos que pintar de nuevo todo el baño escolar. Por alguna razón que desconozco, el director nos levantó el castigo y nunca tuvimos que pintar y arreglar el daño que habíamos hecho.
¿Te parece tonto? A mí sí. No sé porqué queríamos hacer eso. En realidad, yo no quería.
¿Te ha pasado alguna vez, hacer algo que no querías hacer solo por agradar a alguien y luego sufrir las consecuencias?
Esto es lo que llamamos “presión de grupo”. Mi mamá solía usar esa palabra, y yo lo detestaba. Ella solía decirme: “tú no eres todo el mundo”. Yo me enojaba mucho con ella. Pensaba que ella no estaba dejando que yo fuera una “joven normal”.
Cuando somos jóvenes, tenemos una perspectiva diferente de la vida. Pensamos que lo que hacemos no tiene efectos a largo plazo. Bueno, tal vez pintar tu nombre con un “magic marker” en el baño escolar no tendrá una gran consecuencia a largo plazo, pero, ¿qué me dices de un embarazo en la adolescencia, una adicción a drogas o pornografía? O tal vez, terminar en la cárcel por estar en el momento equivocado con la persona incorrecta. En realidad estas son sólo algunas de las consecuencias que pueden traer nuestras decisiones.
Mis amigos solían decirme que tenía que ser más “open mind”, que no podía ser tan seria y firme en mis creencias. Esto me siguió hasta mi vida universitaria. Todos querían convencerme que mi decisión de no tener intimidad sexual hasta el matrimonio era una tontería. ¡Sí! La presión está en todas partes. Los medios masivos de comunicación nos hacen sentir “anormales” porque no pensamos como ellos. Ser cristiano ya es extraño para muchos; no tener relaciones sexuales es aun más extraño y absurdo para la mayoría.
El problema principal es que aquello que no queremos hacer se termina convirtiendo en algo que necesitamos hacer.
¿Por qué?
Porque buscamos ser aceptados.
El apóstol Pablo escribió una vez:
“No imiten las conductas y costumbres de este mundo, más bien dejen que Dios los transforme en personas nuevas al cambiarles la manera de pensar.”
También nos exhortó: “Piensen en cosas excelentes y dignas de alabanza”.
Para cambiar lo que hacemos, debemos cambiar lo que pensamos.
Si pensamos que es demasiado importante agradar a los demás, terminaremos por darle más valor a lo que ellos hacen, aunque esto vaya en contra de nuestros principios. Cuando estaba en la escuela, yo no tenía claras mis convicciones. Conocía lo que mi madre me había enseñado de una vida cristiana, pero no sabía hacia dónde dirigirme.
Mi consejo es que procuremos conocer estos valores. Aunque amamos a nuestros amigos en la escuela y la universidad, no podemos dar por hecho que ellos tienen la razón; debemos buscar más allá. Recuerda:
“Dos personas no pueden caminar tomadas de la manos si no van dirigidas a un mismo lugar” (Amós 3:3)
Ten en cuenta que no necesitas ser aceptado para ser amado, por el contrario, serás aceptado por aquel que realmente te ame.
Los verdaderos amigos te ayudarán a fortalecer en momentos de debilidad, no nutrirán tu debilidad para hacerte caer.
La próxima vez que sientas que tienes que hacer algo porque todos lo están haciendo, piensa:
¿Qué hacer cuando no quiero hacerlo? No ignores las señales de advertencia, esa vocecita que te recuerda que has aprendido a hacer algo mejor. ¡Ámate! Como Darlene Zschech dice en su plan de lectura Revealing Jesus: Ámate lo suficiente como para hacer todo lo necesario para cuidar tu alma.
Todo significa todo.
“Camina con sabios y te harás sabio; júntate con necios y te meterás en dificultades”. –Salomón
BUENAS NUEVAS es una publicación enfocada en presentar las buenas noticias en Puerto Rico, y el extranjero. Además de equipar al pueblo con su verdadera identidad eterna. Si desea compartirnos lo que harán en su comunidad o iglesia, tiene alguna petición etc. escríbanos a redaccion@buenasnuevaspr.com. Le invitamos a que nos comparta sus comentarios.
Mi consejo es que procuremos conocer estos valores. Aunque amamos a nuestros amigos en la escuela y la universidad, no podemos dar por hecho que ellos tienen la razón; debemos buscar más allá. Recuerda:
“Dos personas no pueden caminar tomadas de la manos si no van dirigidas a un mismo lugar” (Amós 3:3)
Ten en cuenta que no necesitas ser aceptado para ser amado, por el contrario, serás aceptado por aquel que realmente te ame.
Los verdaderos amigos te ayudarán a fortalecer en momentos de debilidad, no nutrirán tu debilidad para hacerte caer.
La próxima vez que sientas que tienes que hacer algo porque todos lo están haciendo, piensa:
- Esto que voy a hacer, ¿es algo que me avergonzaría contarle a mis padres?
- Esto que voy a hacer, ¿me ayudará a ser una mejor persona?
- En realidad, ¿quiero hacer esto?
- Si quiero hacerlo, ¿esto será bueno para mí?
- ¿Cómo quisiera que la gente me recordara si yo hiciera esto?
¿Qué hacer cuando no quiero hacerlo? No ignores las señales de advertencia, esa vocecita que te recuerda que has aprendido a hacer algo mejor. ¡Ámate! Como Darlene Zschech dice en su plan de lectura Revealing Jesus: Ámate lo suficiente como para hacer todo lo necesario para cuidar tu alma.
Todo significa todo.
“Camina con sabios y te harás sabio; júntate con necios y te meterás en dificultades”. –Salomón
@ErikaMishel12
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