OBRA DE TEATRO “EL”
director y guionista de cine
Este pasado fin de semana tuve la oportunidad de ver la obra “El”, de Producciones Arte Zanquia’o.
EL INTERCAMBIO
Realmente es emocionante ver a un grupo de jóvenes depositando sus talentos en las manos de Dios. Para mí es un intercambio. Colocamos nuestro talento en las manos del Creador, Él hace lo que solo Él puede hacer, que es producir una expresión sobrenatural de Su amor, y luego nos la entrega para que esa expresión fluya a través de nosotros, y sea de bendición para todos los que nos rodean. Ese es el arte divino.
Eso fue lo que ocurrió en la obra “El”. Realizarla en el contexto del teatro experimental, presentó inmensas posibilidades creativas. Posibilidades que los realizadores aprovecharon al máximo. La pieza se alimentó de la danza, el mimo corporal, el uso creativo de elementos de utilería, y la puesta en escena para crear un retrato de varios eventos en la vida de Jesús.
Sin embargo, lo que más me impresionó fue la cantidad de imágenes memorables que crearon a lo largo de la pieza. En una combinación de música, buena interpretación, buena dirección, y un excelente diseño de iluminación, muchas de las imágenes quedaron grabadas en mi memoria.
Por otro lado, el poder que radica en la combinación de todos los elementos me llevó en un viaje emocional, mientras era testigo de la historia de mi Señor Jesucristo, presentada de una manera que nunca antes había visto.
EL DETALLE MÁS IMPORTANTE
Todos estos detalles, que muestran la excelencia y dedicación del equipo detrás de la pieza, son detalles que otros artistas pueden alcanzar mediante el trabajo duro. Pero hay otro detalle que estuvo presente, y que NINGUN artista, sin importar cuán excelente y dedicado sea, puede producir. Un detalle que no proviene de esta tierra y que solo puede ser manifestado por aquellos que, con un corazón puro, se entregaron por completo a hacer la voluntad de Dios en la disciplina que fueron llamados. Es el detalle más importante: La presencia de nuestro Padre celestial.
La Presencia de Dios inundó aquel teatro al punto que lágrimas comenzaron a bajar por mi rostro. En ese momento me sentí privilegiado de estar en la compañía de hombres y mujeres de Dios que están haciendo Su voluntad. Era evidente que algo sobrenatural estaba ocurriendo en aquel lugar; sobrepasando la expresión artística. Estoy plenamente convencido que, para los que dispusieron su corazón, recibieron una manifestación del amor de Dios.
Y de eso se trata. Permitirle a “El” que fluya a través de nosotros para derramar Su amor en este mundo. Eso es lo que hace la diferencia entre un proyecto simplemente “lindo”, y uno sobrenatural. Ciertamente, “El” cae en la segunda categoría. Al equipo de la pieza: Gracias por cederse a nuestro Padre celestial.
Hasta la próxima semana.
///Julito
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