Pastora Luz Esther Cadiz// BUENAS NUEVAS
luzesther14@hotmail.com
¿Alguna vez has sido retado por el llamado de Dios? ¿Te has limitado en obedecer por no entender lo que Dios te está llamado a hacer? A veces pensamos que obedecer a Dios es fácil y lo tomamos como algo liviano. La realidad es que no siempre será fácil, pero siempre será posible. ¿Te atreves dar pasos de obediencia que reten tu fe y te saquen drásticamente de tu zona de comodidad? Saludos y BIENVENIDOS una vez más a esta sección de “Conociendo de Misiones”. Hoy quiero conmemorar con ustedes un paso de obediencia.
TÚ Y LAS MISIONES – El 5 de febrero es una fecha memorable en mi experiencia misionera. Fue justo la madrugada del 5 de febrero de 1983 que abordé el avión de la línea aérea Avianca para salir rumbo al Perú en obediencia al llamado de Dios. Salí enviada por mi iglesia local, Monte Sinai en San Fernando, Bayamón; con un pasaje de ida, sin regreso y mi primer libro de misiones comencé a leerlo justo en el avión. Nunca antes había estado más de una semana fuera de mi casa. Apenas contaba con 24 años de edad y acababa de entregar mi liderazgo entre la juventud de las Asambleas de Dios, para pasar a una nueva etapa ministerial totalmente desconocida. Dejaba atrás mis padres y hermanos, amigos y congregación, y un buen trabajo como Secretaria Ejecutiva.
¿Alguna vez has sido retado por el llamado de Dios? ¿Te has limitado en obedecer por no entender lo que Dios te está llamado a hacer? A veces pensamos que obedecer a Dios es fácil y lo tomamos como algo liviano. La realidad es que no siempre será fácil, pero siempre será posible. ¿Te atreves dar pasos de obediencia que reten tu fe y te saquen drásticamente de tu zona de comodidad? Saludos y BIENVENIDOS una vez más a esta sección de “Conociendo de Misiones”. Hoy quiero conmemorar con ustedes un paso de obediencia.
TÚ Y LAS MISIONES – El 5 de febrero es una fecha memorable en mi experiencia misionera. Fue justo la madrugada del 5 de febrero de 1983 que abordé el avión de la línea aérea Avianca para salir rumbo al Perú en obediencia al llamado de Dios. Salí enviada por mi iglesia local, Monte Sinai en San Fernando, Bayamón; con un pasaje de ida, sin regreso y mi primer libro de misiones comencé a leerlo justo en el avión. Nunca antes había estado más de una semana fuera de mi casa. Apenas contaba con 24 años de edad y acababa de entregar mi liderazgo entre la juventud de las Asambleas de Dios, para pasar a una nueva etapa ministerial totalmente desconocida. Dejaba atrás mis padres y hermanos, amigos y congregación, y un buen trabajo como Secretaria Ejecutiva.
Obedecer siempre será lo mejor, dará fruto y profunda satisfacción. Obedecer no implica que puedas entenderlo todo. Puede que tu visión sea muy diferente a los planes que Dios trazó para tu vida y eso te puede sacudir. Crecí en la ciudad de Bayamón y el próximo pueblo es Naranjito. Cuando recibí el llamado de Dios siendo todavía universitaria, mi visión llegaba hasta Naranjito, o sea, tenía media hora de distancia. Sin embargo, los planes de Dios iban un poco más lejos. El vio aquel grupo de hermanas que se reunía cada viernes en un hogar de la comunidad de Francisco Mostajo y rogaban que Dios enviara un obrero que levantara allí la iglesia. Dios les respondió y tres años y medio más tarde, yo estaba volando hacia el Perú, con la meta de llegar a la ciudad de Arequipa, 18 horas por tierra al sur del país; justo allí donde Dios había respondido a la oración, aunque todavía no lo sabía ni les conocía.
Obedecer me llevó a experimentar un cambio muy drástico. De momento dejé de ser la joven que compartía y disfrutaba con otros jóvenes en campamentos, vigilias y eventos juveniles. Ahora era la “hermana misionera”, con toda la responsabilidad que eso implicaba. ¿Que si tuve temor? Claro que sí. Pero preferí creerle a Dios y seguir adelante en el llamado que Él me había dado. Dios puso a mi alrededor gente hermosa que me ayudó y creyó en mí. Fue valioso el apoyo del Pastor Anselmo Ríos y la Iglesia Centro Evangelístico y Misionero de Arequipa. Fue sumamente valiosa la amistad de la Familia Capó, puertorriqueños que servían como misioneros en esa ciudad.
Obedecer me permitió usar mis talentos y capacidades al máximo en el área de la enseñanza, en la música y en la predicación. Dios me dio la oportunidad de levantar la Iglesia Buen Samaritano en la comunidad de Francisco Mostajo. Años después también colaboré para levantar la Iglesia Monte Sinaí en Puerto Maldonado, un área de la selva del Perú. Fue hermosa la experiencia que dio base a luego fundar lo que hoy es AMIES-WEC Internacional.
Hace 30 años de aquel paso de fe y obediencia. Con fuerza, ánimo y entusiasmo puedo decir: “Gracias, Señor”. Fui una joven que se atrevió a lanzarse a la aventura porque le creyó a Dios. Hoy sigo fiel en obediencia, creyéndole a Dios ante los retos de una nueva generación que necesita llevar este evangelio hasta lo último de la tierra. Obedecer no siempre es fácil, pero siempre es posible, y siempre será lo mejor.
NOTICIAS – Te invito a participar en PRODIM, el Programa de Discipulado Ministerial de AMIES-WEC. Es un curso de orientación a personas interesadas en equiparse y conocer mejor cómo desarrollar misiones en su vida o en la iglesia. Este curso dura solo un semestre, 16 sábados, de 10am a 1pm. Comenzamos el 9 de febrero. MATRICÚLATE HOY. Contáctanos al 787-790-0091, por Facebook y en amieswec87@gmail.com Es una oportunidad de Dios para ti.
BUENAS NUEVAS es una publicación enfocada en presentar las buenas noticias en Puerto Rico, y el extranjero. Además de equipar al pueblo con su verdadera identidad eterna. Si desea compartirnos lo que harán en su comunidad o iglesia, tiene alguna petición etc. escríbanos a redaccion@buenasnuevaspr.com. Le invitamos a que nos comparta sus comentarios.
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