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Yoweri Museveni, presidente de Uganda, ha pronunciado un discurso con un ambiente totalmente diferente en el marco de la conmemoración del 50 aniversario de la Independencia de esta nación.
Durante su discurso clamó a Dios pidiendo perdón por los pecados del país y dejó a Uganda en en las manos de Dios.
La fiesta se celebró el pasado 9 de octubre, pero sólo hasta ahora ha salido a relucir esta información.
Museveni aseguró que oraba de esta manera para "cerrar la maldición del pasado". Añadiendo que "Confesamos los pecados que han sido obstáculo para la armonía nacional y las demoras en el proceso político, social y económico. Confesamos los pecados de idolatría y brujería que abundan en nuestro país".
También cito otros pecados entre los que se incluyen el orgullo, el tribalismo, el sectarismo, la pereza, la indiferencia, la corrupción, la inmoralidad sexual y otros.
"Queremos dedicarte esta nación para que seas nuestro Dios y nos guíes. Queremos que se conozca a Uganda como una nación que teme a Dios y cuyos cuyos cimientos están firmemente arraigados en la justicia para que se cumpla lo que dice la Biblia en el Salmo 33:12: Bienaventurada la nación cuyo Dios es Jehová, El pueblo que él escogió como su heredad".
El pastor norteamericano Scott Livel señala que la oración de Museveni es un ejemplo para otros líderes. "La oración de Museveni es un modelo para todos los líderes cristianos de todo el mundo. La decadencia de los líderes occidentales ocurre en proporción al grado en que rechazan a Dios", dijo Scott.
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