Joel Hernández // BUENAS NUEVAS
Vocalista Grupo Puerto de Milagros
Muchos de nosotros confundimos lo que realmente es la adoración. El adorar no es solo postrarse y brindar reverencia a Dios. En el diccionario virtual wordreference.com nos dice: que adorar es reverenciar a un ser que se considera divino, con sumo honor y respeto. Pero el adorar en la palabra de Dios no es solo postrarse y darle honra a Dios.
Tenemos que adorarle en nuestro diario vivir con nuestros actos. Tenemos que aprender a amar al prójimo como Jesús nos amo. Si durante el día respetamos, ayudamos, nos portamos coordialmente con nuestros semejantes, estaremos adorando a Dios de la mejor manera. La mente es el campo de batalla más fuerte y es parte de una adoración sumamente difícil pero muy importante. Es vital para la vida del cristiano cuidarnos de no caer en pensamientos negativos, malas palabras y otros pensamientos que nos alejan del Señor. Cada vez que esos malos hábitos se apoderan de nuestra vida, nos aleja de la presencia de Dios. No debemos permitir que el enemigo utilíze ese campo de batalla a su favor. El Señor nos ha dado armas poderosas para poder combatir y defender lo que nos puede perjudicar a nuestra vidas. Muchos de nosotros confundimos lo que realmente es la adoración. El adorar no es solo postrarse y brindar reverencia a Dios. En el diccionario virtual wordreference.com nos dice: que adorar es reverenciar a un ser que se considera divino, con sumo honor y respeto. Pero el adorar en la palabra de Dios no es solo postrarse y darle honra a Dios.
En Efesios 6:11-13 dice: “Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo. Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en la regiones celestes. Por tanto, tomad toda la armadura de Dios para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes.”
A Dios lo más que le importa es que le adoremos con nuestra vida y con nuestro ser. Dios no quiere que solo le adoremos de los labias hacia fuera, esa adoración es superficial. Tenemos que aprender a adorarle con todo nuestro ser y nuestro interior. No te rindas, tú puedes lograrlo y reclama en este momento que vas a subir a otro nivel. Este es tu tiempo.
Hasta la próxima.
Joel Hernández
Grupo Puerto de Milagros
Grupo Puerto de Milagros
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