“Corramos con perseverancia la carrera que Dios nos ha puesto por delante.” Hebreos 12:1b (NTV)
Redacción // Buenas Nuevas
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Una de las señales de que la envidia está en tu corazón y necesitas eliminarla, es cuando usas estas frases constantemente: “No es justo.” “¡No es justo que él tenga eso y yo no!”, “No es justo que esto sea fácil para ella y no para mí.” “No es justo que sus hijos tengan un premio y los míos no”. “No es justo que ellos puedan tener esas vacaciones y yo no pueda.”
La envidia es actualmente una batalla con Dios. Estás en una Guerra con Dios todo el tiempo que estás envidiando. Porque lo que estás diciendo es, “Dios, te equivocaste. No lo hiciste bien. No tuviste la inteligencia suficiente para hacerme de la manera que debí haber sido. Porque si realmente me amaras, no me hubieras hecho como soy. Tuviste que haberme hecho como alguien más."
Y Dios dice, “¿Qué? Si no te hubiese hecho tú, ¡no existirías!”
El problema con la envidia es este:
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Una de las señales de que la envidia está en tu corazón y necesitas eliminarla, es cuando usas estas frases constantemente: “No es justo.” “¡No es justo que él tenga eso y yo no!”, “No es justo que esto sea fácil para ella y no para mí.” “No es justo que sus hijos tengan un premio y los míos no”. “No es justo que ellos puedan tener esas vacaciones y yo no pueda.”
La envidia es actualmente una batalla con Dios. Estás en una Guerra con Dios todo el tiempo que estás envidiando. Porque lo que estás diciendo es, “Dios, te equivocaste. No lo hiciste bien. No tuviste la inteligencia suficiente para hacerme de la manera que debí haber sido. Porque si realmente me amaras, no me hubieras hecho como soy. Tuviste que haberme hecho como alguien más."
Y Dios dice, “¿Qué? Si no te hubiese hecho tú, ¡no existirías!”
El problema con la envidia es este:
No confías en Dios. No crees que Él tenga su mayor interés en tu corazón. No crees que Él te conozca mucho más que tú, lo que es mejor para ti.
Hay cosas en tu vida que tú no tienes, porque Dios conoce la razón por la que tú no las tienes. Hay algunos talentos que Dios no te dio. Hay algunas oportunidades que Dios no te dio. Y hay algunas experiencias en tu vida que no tienes.
Puedes confiar en Dios o puedes voltear su puño con ira. Pero Dios es más inteligente que tú, y Él conoce lo mejor. ¡El conoce lo mejor!
Dios ha dado a cada uno de nosotros una carrera para correr. No puedes correr la carrera de nadie más, y nadie más puede correr la tuya. Puedes correr tu carrera, o puedes cambiar tu propia carrera. Eso es lo que la mayoría de las personas hacen —ellos cambian sus propias carreras en la vida y después se preguntan porque se estrellan con callejones sin salida.
Dios quiere que corras la carrera que Él tiene para ti. Es un plan que está diseñado para tu vida. Cuando te enfocas en la carrera de Dios, no necesitas preocuparte por la carrera que alguien más está corriendo. No vas a ser molestado por la multitud que está animando o burlándose en las gradas. Estás viviendo para una audiencia: solo para Dios.
La Biblia dice en hebreos 12:1, “Corramos con perseverancia la carrera que Dios nos ha puesto por delante.” (NTV) Entre más entiendas el llamado de Dios, menos te vas a preocupar por lo que Dios ha llamado a hacer a otra persona.
El tiempo que gastas envidiando otras personas es tiempo perdido. Tan solo se quien Dios quiere que seas.
Reflexiona sobre esto:
- ¿Cómo respondes a un niño que dice: 'Eso no es justo'? ¿Qué puedes aprender de tu propia respuesta hacia ese niño?
- ¿Confías en que Dios sabe mejor lo que necesitas? ¿Por qué si o por qué no?
- ¿Qué te ha llamado Dios a hacer y ser? ¿Qué estás haciendo en este momento para trabajar en esos objetivos y centrarte en la carrera de Dios, la que Él ha planeado para ti?
Autor: Rick Warren
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