@GabyAliceaMusic
Como jefe de familia, he tenido que trabajar duro para suplir lo necesario a mi hogar. Y en muchas ocasiones haciendo cosas que no están relacionadas con las artes, que es lo que me apasiona. En la mayoría de estos empleos no hago mención de mi carrera como músico y mucho menos como actor o comediante. A veces me siento como Clark Ken, que llevo una doble vida. Pero el arte no se puede contener, se te sale por los poros.
En una ocasión me encontraba hablando con uno de mis compañeros de trabajo y me sorprendió con esta pregunta:
Él - ¿Tú sales en televisión?
Yo - ¿Por qué la pregunta?
Él - Es que me pareció verte en una película.
Yo – Puede ser…
Luego de esa conversación, siguió acosándome con preguntas mucho más específicas y directas, al punto que no pude ocultar más mi verdadera identidad.
Él – ¿Eras tú verdad?
Yo – Si
Él – ¡Yo sabía! Cuando te vi en la TV le dije a mi esposa: “Ese tipo trabaja conmigo”. Ella no me creía…
Yo – Ok, pero no le digas a nadie…
Él – Dianche loco, con razón te veía por ahí hablando solo.
Ese fue el momento en que descubrí que mis compañeros de trabajo pensaban que a mí me faltaba un tornillo, que estaba loco. Sabrá Dios cuantas veces me veían hablando solo, cantando, bailando o llorando, sin saber que solo estaba practicando una línea de un libreto o desarrollando una canción.
Otro de esos momentos embarazosos en los que el “arte se me sale”, fue una tarde cuando me encontraba en la fila de una cafetería, días antes de un show. Mientras esperaba mi turno, practicaba las líneas de mi libreto en voz baja, lo cual es inevitable añadirle expresiones faciales cuando estás buscando memorizar y fijar bien las líneas. De pronto, escuché una voz fuerte, acompañada de una actitud un tanto agresiva, que me dijo; “Hello... ¿Usted qué quiere?” Ahí fue que entre en razón, no sé cuánto tiempo estuve desconectado del mundo real, pero al ver la cara de la cajera que me gritó, me parece que fue bastante. Lo horrible fue imaginar esa escena:
Yo – (metido en el papel)
Ella – Su orden por favor.
Yo – (metido en el papel)
Ella – Caballero su orden
Yo – (metido en el papel)
Ella – Hello!
Yo – (metido en el papel)
Ella – Hello… ¿Usted qué quiere? (molesta)
Todos allí me vieron hacer el ridículo, y fue peor cuando me di cuenta que las líneas que estaba repasando en voz baja y con expresiones faciales, eran de una escena en la que me encontraba sentado en un inodoro.
Es inútil negar y esconder algo que vive muy fuerte dentro de mí. Lejos del arte siento que me seco, que mi vida no tiene sentido. No cabe duda que nací para ser artista y doy gracias a Dios porque puedo hacer del arte mi profesión, supliendo a mi hogar todo lo necesario. Estoy seguro que dentro de ti hay algo muy fuerte que no puedes contener, que se te sale por los poros. Puede ser la pasión por la ciencia, la música, la tecnología, la repostería, la ingeniería, etc… No tengo duda que sea lo que sea, Dios lo ha puesto dentro de ti, con el propósito de que algún día puedas decir como yo: “Nací para ser ________”.