@julitoroman
La semana pasada compartimos acerca de los sueños. Vuelvo a recalcar lo que mencioné en esa ocasión: Yo creo que todos debemos tener sueños. Lo creo firmemente. Ya compartimos que nuestros sueños tienen su propio viaje y vimos las primeras 4 etapas de ese viaje:
- Recibimos el sueño
- La Decisión
- El Retraso
- El Sacrificio
Si no logró leer el blog de la semana pasada, le invito a que le eche un vistazo aquí: ¿Por qué los sueños no se cumplen rápido?, para que siga el viaje desde el comienzo. Hoy continuamos el viaje que vive un sueño de Dios.
Etapa #5: Las Dificultades
Una vez recibimos el sueño, tomamos la decisión de actuar, pasamos el período de retraso, sacrificamos nuestro sueño delante de la presencia de Dios, poniéndolo a Él primero en nuestras vidas, recibimos nuevas fuerzas y confianza.
Con estas nuevas fuerzas y confianza volvemos a movernos hacia nuestro sueño, pero comenzamos a encontrarnos muchas dificultades. Todos los obstáculos que el enemigo pueda lanzar en nuestro camino, los lanza. Es como si todo se levantara en contra nuestra.
Sin embargo, debido a que hemos madurado, tenemos la certeza de que estamos en el camino correcto y que con Dios podemos enfrentar lo que sea. Que ya nada ni nadie podrá detenernos. Hasta que, de repente, llegamos al Precipicio.
Etapa #6: El Precipicio
Este es el momento en que hemos hecho todo lo que Dios nos dirigió a hacer. Donde llegamos al final de nuestro conocimiento, habilidades y destrezas, pero el sueño aun no se ha alcanzado y no hay nada que podamos hacer.
Es en ese momento, donde Dios nos pide que demos un paso de fe. La mayor parte de las veces ese paso tiene que ver con NO hacer nada en lo natural. Pero sí en lo espiritual. Es el momento de sumergirnos en oración y ayuno, y asegurarnos de solo hacer lo que Dios nos diga que hagamos; el momento en que tenemos que mantenernos en intimidad con Dios, creyendo y obedeciendo a Su Palabra. Por lo demás, permanecer tranquilos. Sin forzar nada.
Etapa #7: El milagro
Esta es la etapa que estábamos esperando desde el principio. El momento en que el sueño se manifiesta. Ahora, la manera en que se manifiesta, evidencia que fue Dios quien lo hizo, porque en nuestras fuerzas hubiera sido imposible lograrlo. Ahora estamos volando. Haciendo algo que es imposible que hagamos en nuestras fuerzas.
Una nota de advertencia:
Casi siempre el milagro se ve diferente a como nosotros pensamos. Desde el punto de vista espiritual, tiene más grandeza y alcance. En lo natural, puede ser que se vea sencillo y hasta sea tan silencioso que pase desapercibido frente a la gente. Sin embargo, para Dios NO pasa desapercibido. Ese sueño, ese milagro tiene un impacto eterno.
Si somos sensibles al Espíritu Santo, este es el momento en que nos damos cuenta de que hemos estado viviendo el sueño desde el principio. Así como lo leyó. Desde el comienzo del camino, ya hemos estado viviendo el sueño. Porque no es cuestión de alcanzar, sino de ser. Se trata de lo que Dios ha hecho en nuestra vida en cada etapa del proceso. No es solo alcanzar el sueño, es vivir el sueño.
¿Por qué aprendemos eso? Porque Dios coloca un nuevo sueño en nuestro corazón. Una nueva cima para llegar. Una nueva película, una nueva obra de teatro, una nueva pintura, una nueva pieza de danza, un nuevo cd, un nuevo negocio, un nuevo ministerio, un nuevo proyecto. Y ese sueño tendrá su propio viaje, al igual que el sueño anterior, pero a un nivel más alto.
Si hemos sido dirigidos por el Espíritu Santo, ya sabemos lo que tenemos que hacer: DISFRUTAR CADA PASO DEL VIAJE. Desde la primera etapa, hasta la última. Porque ya sabemos que lo más importante es nuestro Padre celestial y que todo Él nos lo ha dado ya.
Hasta la próxima semana,
///Julito
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