19 de marzo de 2014

ESTILO DE VIDA: BIENAVENTURADOS LOS QUE NO VIERON Y CREYERON

estilo de vida
Joel Hernández// BUENAS NUEVAS 
Grupo Puerto de Milagros
Ante los días que nos ha tocado vivir, una de las experiencias que se pone a prueba es la experiencia de creer o la fe. La realidad que vivimos nos coloca en posiciones donde se reta nuestra esperanza con argumentos que van dirigidos a aniquilar por completo nuestra fe en Dios. Los días son unos donde al igual que Tomás se nos invita a tener los elementos empíricos a nuestra mano para entonces poder establecer que es real.

Así se nos presenta Tomás, uno de los doce que camino con Jesús (Mt. 10:3; Mr. 3:18; Lc. 6:15). Cuando el Señor Jesús dijo que iba a visitar a Lázaro, Tomás llamado Dídimo (“mellizo”, en arameo) comentó: “Vamos también nosotros, para que muramos con él”, porque pensaba que no debían ir a Judea por el peligro de muerte para el Señor (Jn. 11:7, 16). En una ocasión, no entendiendo las palabras del Maestro, le preguntó: “Señor, no sabemos a dónde vas; ¿cómo, pues, podemos saber el camino?” (Jn. 14:5). Cuando el Señor se apareció por primera vez a sus discípulos después de la resurrección Tomás no estaba presente. Al saber la noticia, dijo que no creería si no metía su “dedo en el lugar de los clavos” y su mano en el costado del Maestro. El Señor se apareció al grupo ocho días después e invitó a Tomás a cumplir con lo que dijo y a no ser “incrédulo, sino creyente”. Tomás respondió: “¡Señor mío, y Dios mío!” (Jn. 20:24–29). Fue uno de los siete discípulos que volvieron a ver al Señor el día de la pesca milagrosa en el mar de Tiberíades (Jn. 21:1–2). Aparece con los once, con “María la madre de Jesús, y con sus hermanos” y otras personas en el aposento alto, perseverando en la oración, cuando se eligió a Matías en lugar de Judas (Hch. 1:13–26). Existen dos tradiciones con respecto a la vida posterior de Tomás, Una dice que predicó el evangelio a los persas y que murió mártir en Persia. Otros señalan que llevó su predicación hasta la India, donde existe hoy día una iglesia que alega una tradición que se remonta a su visita. Se han escrito varias obras apócrifas que hablan de Tomás entre ellas “El Evangelio de Tomás”, “Los Hechos de Tomás” y “El Apocalipsis de Tomás”.

Así que podemos establecer que Tomás era dado a considerar las situaciones adversas peor de lo que eran, pero poseía una lealtad que lo mantenía firme a pesar del peligro. Esto aparece en Juan 11:16 cuando instó a los discípulos a ir con Jesús a Judea a despecho de la hostilidad judía. Tomás rehusó creer que Jesús había resucitado a menos de ver con sus propios ojos las señas de los clavos (Juan 20:28). Lo interesante de las escrituras es que nunca nos esconden las situaciones o debilidades de los personajes de las Sagradas Escrituras. Tomás caminó con Jesús, vio milagros, escucho las enseñanzas, era leal hasta el punto de morir por él y ante todo esto necesitaba evidencias de quien camino por largo tiempo. ¿Se entendió bien? Evidencia de quien caminó con él.

Miremos por un momento la declaración de Tomás: “El les dijo: Si no viere en sus manos la señal de los clavos, y metiere mi dedo en el lugar de los clavos, y metiere mi mano en su costado, no creeré”. Contundente declaración de Tomás la cual tiene respuesta de su Maestro al mencionarle las evidencias para cada una de sus exigencias.

Tomás: Si no veo en sus manos la señal de los clavos,
Jesús: Mira mis manos.
Tomás: Ymeto mis dedos en el lugar de los clavos,
Jesús: Pon aquí tu dedo.
Tomás: Y meto mi mano en su costado,
Jesús: Y acerca tu mano, y métela en mis costado.
Tomás: Definitivamente no creeré,
Jesús: Y no seas incrédulo, sino creyente.

Al igual que Tomás muchas veces nos encontramos caminando con Dios y vemos los milagros, señales, prodigios, conocemos sus enseñanzas, las predicamos y las enseñamos, oramos, ayunamos, leemos las Sagradas Escrituras, nuestra vida es una llena de lealtad como Tomás, pero ante los grandes eventos de la vida requerimos evidencias.

Sino no veo el milagro, sino se sana, si las cosas no mejoran, si la petición que hice no se contesta, si el ayuno que realice no rompe las cadenas, si mi esposa(o) no vuelve, si la economía inestable desaparece, evidencias, evidencias, evidencias. Todavía el sentimiento de Tomás nos persigue, sino no hay evidencias no creeré. Los postulados filosóficos así lo mencionan “sino es medible o palpable no existe”, Creo si veo. Hoy se nos invita en las experiencias de adoración, reflexión y muchas veces en las experiencias educacionales a solamente ser visitados por elementos visibles que satisfagan nuestra petición e incredulidad. El día en que no se haga tal y cual lo pedimos, nuestra fe se sacude, nuestra devoción a Dios puede verse comprometida con el resentimiento ante la falta de respuesta. Nos parece que nuestras generaciones están siendo conducidas como ovejas al matadero por exponentes que nos presentan una gama de milagros y prodigios que deben realizarse a nuestro antojo hasta el punto de exigirle a Dios que cumpla con nosotros como si el fuera nuestro subordinado.

Nuestro llamado es a volver a las escrituras que son claras y contundentes
  • Bienaventurados los que no vieron y creyeron.
  • Bienaventurados los que no vieron los milagros que pidieron, pero todavía confiesan y aman a Dios con todo el corazón. 
  • Bienaventurados los que nunca han visto a su Creador pero saben que es real su presencia y poder.
  • Bienaventurados los que nunca han hablado en otras lenguas pero continúan confesando que Jesucristo es el Señor.
  • Bienaventurados los que han orado por alguna petición y todo salió distinto a como le rogaron a Dios.
  • Bienaventurados los que sus finanzas están en el suelo y aunque todo esta al revés siguen creyendo.
  • Bienaventurados los que su mundo se les esta cayendo en cima de tantas situaciones y aun mantienen su esperanza clara en Dios.
  • Bienaventurados los que no vieron ángeles descendiendo, fuego cayendo, demonios saliendo, los que en diferentes momentos no sientes la presencia de Dios pero con todo y eso siguen creyendo. 
  • Bienaventurados los que oran sin saber que su petición será contestada ya que saben que Dios es soberano.

Hoy el llamado es a CREER por encima de cualquier circunstancia porque para los que creen les a sido puesto un nombre especial “Bienaventurado”

Escrito por: Jesús A. Semidey Cepeda 

BUENAS NUEVAS es una publicación enfocada en presentar las buenas noticias en Puerto Rico, y el extranjero. Además de equipar al pueblo con su verdadera identidad eterna. Si desea compartirnos lo que harán en su comunidad o iglesia, tiene alguna petición etc. escríbanos a redaccion@buenasnuevaspr.com. Le invitamos a que nos comparta sus comentarios.
 
Buenas Nuevas - Noticias Cristianas | Derechos Reservados © 2012-2016 | Creado por Buenas Nuevas Publicidad .