“Cada persona tiene su manto”
Julio Román // Buenas Nuevas
@julitoroman
Cuando estoy escribiendo un proyecto, NO estoy pensando en los elementos que tengo que añadirle para hacerlo “más cristiano” o “más comercial”. Lo único que está en mi mente son dos preguntas: ¿Cuál es la manera más efectiva de comunicar lo que mi Padre celestial me indicó que comunicara? Y ¿Cuál es la mejor manera de contar esta historia?
De ahí surgen los personajes, los eventos y todos los recursos cinematográficos que utilizamos. Cuan directo o cuan simbólico seamos al mostrar un evento de la historia depende de esta dirección, no de cuan “cristiano” debe ser, cuan “comercial”, o cómo otro director cristiano lo hace. Si permito que esos factores de percepción externos influyan en nuestra toma de decisiones, estaría contaminando lo que Dios puso en mi corazón.
Amigo, por nada del mundo contamines lo que Dios ha puesto en tus manos. Lo importante es aceptar tu manto; no tratar de ponerte el manto de otro. Eres único. Naciste original, no mueras como una copia.
Hasta el próximo año. Felicidades.
///Julito
Bueno, este es mi último blog del año. Así que quiero dejarles una palabra de exhortación.
Naciste original
Hay un dicho muy popular que dice: “Naciste original, no mueras como una copia.” Estoy seguro que a la gran mayoría nos gusta. Sin embargo, en muchas ocasiones, encuentro que en la práctica la tendencia es diferente. Especialmente, en el mundo del cine.
Por ejemplo, al ver uno de nuestros proyectos, una persona (cristiana) me dijo que debía añadirle más comedia porque al “mercado cristiano” le gusta la comedia. En otra ocasión, unas personas (no cristianas) me hablaron de películas hechas por otros cristianos y me dijeron que yo debía hacer ese tipo de películas.
No mueras como una copia
Amigos, si le hacemos caso a cualquiera de esas palabras, moriremos siendo una copia. Si Dios quería que hicieras las cosas exactamente igual que otra persona, ¿Para qué te llamó a ti al ministerio, cuando podía darle la encomienda a esa otra persona? Dios te llamó porque hay algo único en ti, por medio de lo que Él quiere moverse para impactar positivamente a muchas personas. Esto no es solo en el cine, también aplica a cualquier ministerio.
Por otro lado, el mismo principio aplica a la inversa. Muchas personas piensan que, debido a que Dios los llamó a hacer las cosas de cierta manera, todos los demás deben hacerlo de la misma manera. Eso es errado. Ciertamente, hay una base bíblica que es la misma para todos. Sin embargo, la manera o estrategias para cumplir nuestro ministerio pueden ser diferentes. ¿Por qué? Porque cada persona tiene su manto.
Sería un poco pretensioso de mi parte pensar que todos los cristianos deben hacer el mismo tipo de cine que nosotros hacemos, o que la forma en que lo hacemos es “la correcta”. No es así. Nosotros contamos las historias que Dios puso en nuestro corazón contar y de la forma en que Él nos dirige a hacerlo. Esto no significa que mi manera es la correcta. Significa que es la manera en que Dios desea que yo lo haga. Es mi manto.
De igual manera, hay otros jóvenes que se acercan al cine desde un punto de vista diferente al mío. Eso está bien. Son voces diferentes. Lo importante es que lo hagan dirigidos por el Espíritu Santo y con el mayor nivel de excelencia posible.
¿Cómo lo hacemos nosotros?
Naciste original
Hay un dicho muy popular que dice: “Naciste original, no mueras como una copia.” Estoy seguro que a la gran mayoría nos gusta. Sin embargo, en muchas ocasiones, encuentro que en la práctica la tendencia es diferente. Especialmente, en el mundo del cine.
Por ejemplo, al ver uno de nuestros proyectos, una persona (cristiana) me dijo que debía añadirle más comedia porque al “mercado cristiano” le gusta la comedia. En otra ocasión, unas personas (no cristianas) me hablaron de películas hechas por otros cristianos y me dijeron que yo debía hacer ese tipo de películas.
No mueras como una copia
Amigos, si le hacemos caso a cualquiera de esas palabras, moriremos siendo una copia. Si Dios quería que hicieras las cosas exactamente igual que otra persona, ¿Para qué te llamó a ti al ministerio, cuando podía darle la encomienda a esa otra persona? Dios te llamó porque hay algo único en ti, por medio de lo que Él quiere moverse para impactar positivamente a muchas personas. Esto no es solo en el cine, también aplica a cualquier ministerio.
Por otro lado, el mismo principio aplica a la inversa. Muchas personas piensan que, debido a que Dios los llamó a hacer las cosas de cierta manera, todos los demás deben hacerlo de la misma manera. Eso es errado. Ciertamente, hay una base bíblica que es la misma para todos. Sin embargo, la manera o estrategias para cumplir nuestro ministerio pueden ser diferentes. ¿Por qué? Porque cada persona tiene su manto.
Sería un poco pretensioso de mi parte pensar que todos los cristianos deben hacer el mismo tipo de cine que nosotros hacemos, o que la forma en que lo hacemos es “la correcta”. No es así. Nosotros contamos las historias que Dios puso en nuestro corazón contar y de la forma en que Él nos dirige a hacerlo. Esto no significa que mi manera es la correcta. Significa que es la manera en que Dios desea que yo lo haga. Es mi manto.
De igual manera, hay otros jóvenes que se acercan al cine desde un punto de vista diferente al mío. Eso está bien. Son voces diferentes. Lo importante es que lo hagan dirigidos por el Espíritu Santo y con el mayor nivel de excelencia posible.
¿Cómo lo hacemos nosotros?
Cuando estoy escribiendo un proyecto, NO estoy pensando en los elementos que tengo que añadirle para hacerlo “más cristiano” o “más comercial”. Lo único que está en mi mente son dos preguntas: ¿Cuál es la manera más efectiva de comunicar lo que mi Padre celestial me indicó que comunicara? Y ¿Cuál es la mejor manera de contar esta historia?
De ahí surgen los personajes, los eventos y todos los recursos cinematográficos que utilizamos. Cuan directo o cuan simbólico seamos al mostrar un evento de la historia depende de esta dirección, no de cuan “cristiano” debe ser, cuan “comercial”, o cómo otro director cristiano lo hace. Si permito que esos factores de percepción externos influyan en nuestra toma de decisiones, estaría contaminando lo que Dios puso en mi corazón.
Amigo, por nada del mundo contamines lo que Dios ha puesto en tus manos. Lo importante es aceptar tu manto; no tratar de ponerte el manto de otro. Eres único. Naciste original, no mueras como una copia.
Hasta el próximo año. Felicidades.
///Julito
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