Awilda Vega// BUENAS NUEVAS
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Previo al comienzo de la pieza teatral varias cosas sucedían simultáneamente. Por un lado y conforme se acercaba la hora, llegaban más y más personas al lugar formando una fila en la entrada para lograr acceso a la sala y así poder tomar asiento. Individuos, familias y grupos de amigos, con altas expectativas de disfrutar del buen teatro, reír y salir con el corazón lleno de Palabra y mensaje con propósito.
Tras bastidores era otra historia. El director afinando los últimos detalles, los actores preparándose para sus personajes; maquillaje, pelo, vestuario, ejercicios bucales, ensayo de líneas, entrevistas, fotos entre otras tantas cosas que componían el agite del camerino. Todo el equipo trabajando en sinergia bajo la presión que puede causar estar a punto de presentar una obra frente a mucha gente.Finalmente, y dirigidos por el Pastor Nelson Luquis, todos se reunieron formando un circulo. Sin duda fue uno de los momentos más significativos, pues en koinonía fluyeron en oración y comunicación con el Padre Celestial, entregándose en Su Propósito, cediéndose a Su voluntad, reconociendo que es por Él y para Él, con fe en lo que Dios haría a través de su trabajo. Y es precisamente eso lo que logra que todo valga la pena y se haga la diferencia.
Previo al comienzo de la pieza teatral varias cosas sucedían simultáneamente. Por un lado y conforme se acercaba la hora, llegaban más y más personas al lugar formando una fila en la entrada para lograr acceso a la sala y así poder tomar asiento. Individuos, familias y grupos de amigos, con altas expectativas de disfrutar del buen teatro, reír y salir con el corazón lleno de Palabra y mensaje con propósito.
Tras bastidores era otra historia. El director afinando los últimos detalles, los actores preparándose para sus personajes; maquillaje, pelo, vestuario, ejercicios bucales, ensayo de líneas, entrevistas, fotos entre otras tantas cosas que componían el agite del camerino. Todo el equipo trabajando en sinergia bajo la presión que puede causar estar a punto de presentar una obra frente a mucha gente.Finalmente, y dirigidos por el Pastor Nelson Luquis, todos se reunieron formando un circulo. Sin duda fue uno de los momentos más significativos, pues en koinonía fluyeron en oración y comunicación con el Padre Celestial, entregándose en Su Propósito, cediéndose a Su voluntad, reconociendo que es por Él y para Él, con fe en lo que Dios haría a través de su trabajo. Y es precisamente eso lo que logra que todo valga la pena y se haga la diferencia.
Ya el elenco listo y la sala llena, se escuchó “Esta es su tercera llamada”. Poco después llegó el momento más esperado y se abrió el telón.
Fueron notables las sonrisas y carcajadas por doquier desde el comienzo hasta el final. “Los Cascos de Rogelio” logró captar y mantener la atención del público durante toda la función. Fueron tres horas, que parecieron una, llenas de verdad y confrontación vestidas de comedia. Resultó imposible no identificarse de una u otra forma con algún personaje, o reflexionar a raíz de las situaciones presentadas. Un hombre malhumorado, unos empleados nerviosos por el temperamento de su jefe, una familia disfuncional, un accidente, un médico con fe y un nuevo comienzo, sin olvidar al vendedor ambulante quien aportaba desde su punto de vista a la comprensión de la historia. Muchas situaciones que llevaban a un mensaje restaurador lleno del gozo y el amor de Dios.
Las tablas del Centro de Bellas Artes de Guaynabo, se engalanaron el pasado fin de semana con la presentación de esta producción. No tan sólo por su buen mensaje, sino también por su excelencia y calidad en todo el sentido de la palabra.
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Reseña de la Obra
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