Luego de un viaje de experiencia misionera o de servir en el campo misionero por algún tiempo, nos toca regresar a casa. Ya no me siento la misma persona. Esta experiencia ha impactado mi vida y ahora veo las cosas de otra manera. ¿Qué implicaciones tiene regresar? ¿Cómo me preparo para regresar? Saludos y BIENVENIDO una vez más a su sección “Conociendo de Misiones”. Hoy continuamos hablando del regreso de los misioneros, pero desde la perspectiva de los que regresan.
TÚ Y LAS MISIONES – en las pasadas semanas compartimos sobre cómo la iglesia se puede preparar para recibir a sus misioneros cuando regresan, luego de su servicio en el campo. Hoy quiero compartir aspectos que el misionero debe tomar en cuenta al regresar. Al igual que se preparó para salir al campo, también necesita prepararse para regresar. Esta experiencia puede ser más chocante y traumática que la de irse a la nueva cultura. Sobre todo si hay circunstancias que le hace regresar de forma involuntaria.
Al regresar habrá nuevas expectativas, sentimientos, emociones, cambio de perspectivas y el misionero debe saber trabajar esta etapa dentro de su experiencia y proceso de crecimiento en el propósito de Dios para su vida. La antropóloga cristiana, Dra. Miriam Adeny, dice a sus estudiantes: “Nunca vas a sentirte totalmente en casa otra vez. Vas a dejar parte de ti en el lugqr que has visitado y desde entonces, siempre vas a estar dividido. Parte de tu corazón quedará en ese otro lugar. Tu hogar va a ser en más de un lugar. Es el precio que uno paga por haber experimentado profundamente otra cultura y por la rica experiencia de conocer y amar personas de más de un lugar.”
Como dije antes, el efecto de tu regreso dependerá de cuánto tiempo estuviste fuera, aun cuando visitaste tu país algunas veces. Una cosa es visitar y otra distinta es regresar para establecerte nuevamente. Prepárate para la presión del regreso antes de salir del campo. Reconoce que si has logrado conectarte con la gente del lugar, te has identificado con ellos y llegas a amarles de forma especial. La separación producirá dolor. Debes aprovechar aún esto como parte de tu experiencia. Debes reconocer los nuevos valores que has adquirido y saber hacer un balance. Algunas claves al regresar a casa son:
- No esperar demasiado de los demás. Ellos no estarán tan animados por tu viaje como tú lo estás.
- Comparte brevemente – sé preciso, conciso y ameno. Procura siempre traer alguna enseñanza.
- Cuídate de juzgar los valores – recuerda que antes de la experiencia tú eras igual. Deja que las personas vean en ti una vida cambiada y sé de influencia en otros
- No critiques la espiritualidad de otros – no estamos para juzgar, ellos no se han expuesto como tú.
- Prepárate para la nostalgia – en ocasiones querrás estar otra vez en el lugar donde estuviste.
- No permitas que la depresión te sorprenda – es normal que te sientas así, no te quedes solo, comparte.
- Cuídate de no dar informes o testimonios negativos – comparte los momentos difíciles y duros a la luz de lo que Dios te ha enseñado y cómo Dios se glorificó. Que tu testimonio motive a otros a involucrarse en misiones. No te quejes, edifica.
- Mantén el contacto – es importante que mantengas comunicación con aquellos con quienes compartiste. Cultivar las amistades y las relaciones con las personas del otro lugar es sumamente saludable.
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