No estaba en el libreto y su nombre no figuraba entre los candidatos de medallas. Pero Jaime Espinal siempre creyó en sí mismo, en sus habilidades, y apoyado en su fe inquebrante, salió al tapiz del ExCel Centre de Londres con una sola misión, la de dar el máximo por el país que lo vio crecer.
Así fue. Espinal, producto del Club Sparta de Puerto Nuevo, le dio ayer a Puerto Rico su segunda medalla de plata en 64 años de participación en Juegos Olímpicos al alcanzar el subcampeonato de la lucha, estilo libre, en la categoría de 84 kilos. Fue una alegría inesperada, pero que llenó de regocijo y de fiesta a Puerto Rico en el último día de competición en Londres 2012 para la delegación boricua. Además, fue un cierre histórico, la primera vez que la Isla gana medallas en dos deportes distintos en las Olimpiadas. Y fue donde todo comenzó, pues Puerto Rico desfiló por primera vez como delegación olímpica en los Juegos de Londres 1948.
La medalla de plata llegó luego de que Espinal sufriera su único revés de la jornada en la final, cuando perdió contra Sharif Sharifov, de Azerbaiyán. Los marcadores de esa final fueron de 6-1 y 2-0, pero eso no desmereció la actuación de Espinal en las rondas anteriores. Sencillamente, fue superior al resto antes de toparse con Sharifov.
Con la medalla de Espinal, Puerto Rico sumó su octava presea olímpica en su historia. Es apenas la segunda de plata y la primera desde los Juegos de Los Ángeles 1984, cuando el boxeador Luis Francisco Ortiz alcanzó el segundo lugar del podio en el boxeo.
Pero el sábado era el día de Espinal, nacido en República Dominicana pero criado en Puerto Rico. El joven de 27 años comenzó su histórica jornada con un convincente triunfo sobre el nigeriano Andrew Dick por 7-0 y 2-1. Ese primer parcial fue una clara señal de la fortaleza que poseía Espinal sobre el tapiz del ExCel, y que aún lo mejor podría estar por venir.
Espinal también se tuvo que probar en momentos decisivos, pues en los cuartos de final tuvo que remontar para lograr el pase. Abajo 0-4 en el primer parcial contra el georgiano Dato Marsagishvili, Espinal dio su más fina demostración, una de agilidad y reacción, los dos elementos más básicos de este deporte, para marcar seis puntos consecutivos y llevarse el parcial, 6-4. Impulsado por su remontada, ganó 7-1 el segundo a los 1:52, antes de los dos minutos reglamentarios. Ya se comenzaba a sentir el olor de medalla.
Un último escollo separaba a Espinal del combate por la medalla de oro: Soslan Gattsiev, de Bielorrusia, el mismo país donde el luchador isleño se acuarteló en las semanas previas a los Juegos Olímpicos. Perfilaba como un combate complicado, pero nada iba a detener a Espinal en su búsqueda por el podio. Espinal fue arrollador, el primer parcial lo ganó 7-2 y el segundo fue detenido tras transcurrir 1:10 con el marcador leyendo 8-0 a favor del isleño. Nunca hubo dudas del desenlace.
Ahí fue que llovieron las emociones. El entrenador nacional Pedro Rojas estalló en júbilo mientras que Espinal cayó de rodillas en el tapiz y señaló al cielo. Lo que siguió fue un enorme abrazo entre entrenador y pupilo, quienes suman más de 20 años trabajando en conjunto. Los frutos fueron recogidos y en Londres se sintió la alegría de Puerto Rico. Habían hecho historia para la Isla, que se dejó arropar por la fiebre de la lucha olímpica.
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