22 de julio de 2016

¿Por qué mi amigo no vive con su papá?

matrimonio

Amneris Meléndez // Buenas Nuevas
@Amneris_Melende

Lo que para los adultos puede ser algo “normal”, para un niño no tiene sentido. En estas últimas semanas mi hijo de 6 años me ha preguntado en varias ocasiones porqué algunos niños no viven con sus papás. Le explico que en algunos casos hay adultos que pelean mucho, que tienen muchas diferencias y prefieren no estar juntos, inclusive le explico que algunos dejan de amarse, pero él no puede entender como dos adultos no pueden arreglar sus diferencias y continuar juntos. Ciertamente, es un asunto muy complicado para que un niño lo pueda entender, si inclusive hay adultos que no lo entienden. Las relaciones tienen su complejidad y no pretendo que lo entienda todavía. Sin embargo, sus preguntas me llevan a reflexionar en la importancia que tiene cómo nosotros, los adultos, manejamos nuestras relaciones y de cuánto esto afecta a los niños.

Creo que necesitamos ser sabios con nuestras relaciones, y los que somos casados, valorar esa decisión. Creo que hoy día muchas personas se unen y hacen sus votos, prometiendo estar “en las buenas y en las malas”, pero les da igual cumplirlos o no. Además, debemos enseñarles a nuestros hijos el valor de matrimonio demostrándose mutuamente respeto y amor frente a sus hijos, mientras más genuino es el amor entre sus padres, más seguro se sentirá el hijo.

En una ocasión estaba en un “fast food”, mientras pedía se acercó un caballero y le pidió a la empleada, de manera muy amable, unos sobres de kétchup. Sin embargo, cuando volvió a su mesa, donde estaba su esposa e hijos, vi que no los trataba, para nada, con la misma amabilidad con la que acababa de hablarle a la cajera. Esto me impactó, ¿cómo es posible que demostremos más respeto cualquier persona antes que a tu familia? Si todas las personas pudieran honrar la familia y reconocer que es un regalo de Dios. Tenemos que comprometernos a trabajar para tener familias sanas, esto ayuda que nuestros hijos sean formados en un ambiente lleno de amor y respeto. Esto creará en ellos una base sólida que los ayudará a convertirse en adultos sanos y a su vez puedan ellos también tener familias sanas. Lo que modelamos ante nuestros hijos será su ejemplo a seguir.

El doctor Nick Stinnett de la Universidad de Nebraska estudió las características de las familias sanas y fuertes en las distintas sociedades de todo el mundo. En lugar de estudiar la familia disfuncional, él quería saber cuáles eran los puntos fuertes de una familia sana. Así que él escogió en sus investigaciones las familias que tuvieran dos características: los matrimonios que se consideraban felices y aquellos que se consideraban satisfechos en sus relaciones entre padre-hijo. Dr Stinnet descubrió varias cualidades comunes en estos matrimonios, incluyendo:

  1. Están comprometidos con la unidad familiar social.
  2. Pasan tiempo de calidad juntos como una familia.
  3. Tienen buenas habilidades de comunicación dentro de la familia.
  4. Consistentemente expresan su agradecimiento a los demás.
  5. Aplican habilidades para resolver problemas en tiempos de crisis.
  6. Tienen un compromiso con una vida espiritual sana.

¿Has observado estas cualidades en tu propia familia? Te confieso que trabajo en esas áreas, ya que anhelo cumplir con mi rol como madre y esposa de la mejor manera posible. No soy perfecta y mi familia tampoco lo es, pero en Dios encuentro toda la sabiduría que necesito para encontrar su aprobación en cada uno de mis roles. Tú puedes hacer lo mismo también, seamos embajadores de su palabra fomentando que haya más familias sanas.
autora cristiana









Amneris Meléndez, Autora del libro:
Los hijos…¡Grandes maestros!


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