El valor de la amistad
Amneris Meléndez // Buenas Nuevas
En estos días mi hijo de 5 años estaba viendo un episodio de Pocoyo (un muñequito bien infantil y educativo). Cuando se acabó el episodio él vino donde mí llorando y me abrazó. Algo sorprendida por su llanto, le pregunté qué había pasado, a lo que me contestó: “es que me dio sentimiento”.
Le pedí que me explicara qué de lo que había visto en el episodio le había dado sentimiento, ya que hasta donde yo tenía entendido esos muñequitos son bien alegres, así que no entendía su reacción. Él no me supo explicar, no paraba de llorar así que me senté y observé el video.
Ese episodio que había despertado emociones en mi niño hablaba sobre la amistad. Pocoyo y su amigo se pelean, luego comienzan a extrañase (con la escena bien acompañada de una música que evoca tristeza), luego se reconcilian y terminan felices. Mi hijo, al ver la escena nuevamente comenzó a llorar, inmediatamente yo vi una gran oportunidad para darle una enseñanza.
Le dije: “¡Que hermoso! Es verdad, dan ganas de llorar. Pero eso nos enseña el valor de la amistad. Por eso en las noches oramos por tus amigos de la escuela, tus amigos de la iglesia y por los amigos de papá y mamá”. A esto le añadí que llorar no es malo, que la tristeza es un sentimiento y que sus lágrimas demostraban que había captado el mensaje que Pocoyo trataba de llevar: los amigos son muy valiosos.
A los niños se les hace tan fácil hacer amigos. Mis hijos llegan a cualquier sitio y si hay niños pequeños, no han pasado 10 minutos cuando ya están hablando y jugando juntos (me imagino que te pasa igual con tus hijos). Sin embargo, nosotros los adultos estamos llenos de complejos, heridas e inseguridades las cuales nos complican el tener amigos. Hay amigos que son como familia para nosotros, aprendamos a abrirnos a la oportunidad de conocer más personas y hacer amigos, esto de seguro nos añade.
El amigo ama en todo momento; en tiempos de angustia es como un hermano. (Proverbios 17:17)
Aquí les comparto el vídeo por si quieren aprovecharlo como una herramienta para hablarles a sus hijos sobre el valor de la amistad.
Autora del libro:
Los hijos…¡Grandes maestros!