@julitoroman
Creo que todos debemos tener sueños.
Muchas personas los tienen; algunas otras, no. Sin embargo, si queremos que nuestros sueños tengan un impacto eterno, tenemos que asegurarnos que estos provengan de Dios. Ahora, el hecho de que tengamos un sueño de Dios, no significa que el sueño se cumplirá en un abrir y cerrar de ojos. En la vida real, esto no ocurre así. ¿Por qué? Porque cada sueño tiene un viaje.
Esta semana, quiero compartirle la primera de dos partes enfocadas en el viaje de los sueños. ¿Cuál es el viaje que vive un sueño de Dios?
Etapa #1: Recibimos el sueño
Esta es la primera etapa, el momento en que Dios nos da el sueño. Donde El produce en nosotros el querer como el hacer. No todo lo que soñamos proviene de Dios. Así que, en esta etapa recibimos el sueño y nos aseguramos de que nuestro sueño proviene de Dios.
Etapa #2: La Decisión
Nada ocurre hasta que decidamos andar en el sueño de Dios. En esta etapa, tomamos la decisión de hacer lo que hay que hacer para cumplir el sueño de Dios. No solo tomamos la decisión, sino actuamos conforme a ella. Este es el momento en que Dios nos dice, “Vé y hazlo.” Y nosotros vamos. Estudiamos, nos preparamos, damos los pasos necesarios; casi siempre con la actitud de que vamos a comernos al mundo… hasta que nos encontramos con El Retraso.
Etapa #3: El Retraso
Cuando llegamos a esta etapa, entramos pensando en que el sueño se manifiestará rápido. Tenemos prisa, pero cuando recibimos un sueño, aun no tenemos el carácter necesario para disfrutar correctamente la manifestación del mismo. Es por eso que vivimos un periodo de retraso. En esta etapa aun no alcanzamos el sueño y no entendemos por qué. Es en ese período que nuestro carácter es formado hasta hacernos madurar como hijos de Dios.
Etapa #4: El Sacrificio
En esta etapa encontramos un momento de confrontación. El proceso de Retraso nos lleva a un lugar donde tenemos que escoger entre nuestro sueño o Dios. Uhum. Es el momento en que Dios nos pide que sacrifiquemos nuestro sueño, al igual que le pidió a Abraham sacrificar a Isaac. ¿De qué manera ocurre?
Pues muchas veces Dios nos involucra en otras actividades que no tienen relación con nuestro sueño. Son actividades que tienen que ver con el reino de Dios y que están tomando nuestro tiempo, a tal grado que parece que nunca alcanzaremos nuestro sueño.
Es en esta etapa que usted aprende lo que realmente es importante, aprende muchas cosas acerca de Dios y de usted mismo, y descubre que Dios puede proveer una manera para cumplir su sueño. Una manera que es diferente a la que usted pensaba. Si en esta etapa usted se cede a Dios, se convertirá en una persona diferente a la que era cuando recibió el sueño. Es por eso que cuando salimos de aquí, salimos con nuevas fuerzas y una nueva confianza de que nuestro sueño NO lo es todo, pero Dios sí. Entendemos lo que es verdaderamente importante.
Con este nuevo entendimiento entramos a la siguiente etapa, que compartiremos la próxima semana.
Hasta la próxima semana,
///Julito
