12 de agosto de 2014

Cosas que ojo no vio, ni oído oyó

Alma Villegas// BUENAS NUEVAS
@dralmavillegas
El Rey David tenía un inmenso deseo de edificarle casa a Jehová y para ello se había preparado (1Cro. 28:2). Sin embargo, Dios no se lo permitió debido a que fue un hombre de guerra (v.3). Me imagino que no fue un momento fácil, pero Dios le dice que su hijo Salomón edificaría Su casa (v. 6). El Rey David, entonces, comparte con el futuro rey tres cosas: le da el modelo del templo, los materiales para los utensilios más costosos y ánimo e Instrucciones sobre como conseguir ayuda para la edificación del mismo.

Con relación a los planos del templo, en estos se encontraban el diseño del mismo, los atrios con sus habitaciones exteriores, los trabajos de los sacerdotes y levitas y los artículos que deberían usarse para la adoración. Adicional, le da instrucciones con relación a cuanto oro y plata usar para hacer los artículos del templo. La lista era específica y al final le indica que todo había sido trazado por la mano de Dios (1Crónicas 28: 11-19). 

Cuando Moisés se reunió con Jehová por 40 días y 40 noches en el Monte Sinaí, además de recibir los 10 mandamientos, Dios le dio el diseño del Tabernáculo. Y nos preguntamos, ¿cómo recibió David la información? Esto puede ser clave para nosotros que buscamos recibir de Dios revelación artística, pues tanto el relato bíblico como la historia nos indica que el templo construido por Salomón fue uno muy hermoso.

En el verso 12, el Rey David le dio a Salomón, “la traza de todas las cosas que tenía en su voluntad, para los atrios de la casa de Jehová…. ” La palabra hebrea para ‘voluntad’ en este verso es ruwach que se traduce como espíritu. Otra traducción del mismo verso nos dice que le dio el diseño “de todas las cosas que había recibido por el Espíritu.” Lo cual es ampliado en el verso 19 cuando dice “que todo estaba en un escrito redactado por revelación del Señor a David,” o que “fue escrito bajo la dirección del Señor.” No importa cual traducción leamos, entendemos que hubo una comunicación del espíritu del Rey David con el Espíritu de Dios.

Nosotros tenemos más amplio acceso al Espíritu de Dios que el que tenía el Rey David. Nos dice 1Corintios 2: 9-10 que “cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han entrado al corazón del hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman. Pero Dios nos las reveló por medio del Espíritu, porque el espíritu todo lo escudriña, aun las profundidades de Dios.” Y estoy segura, que al leer estos versos no has pensado que en esas “cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han entrado al corazón del hombre” está incluido un arte nuevo, profético y transformador para impactar a la sociedad del siglo 21. Como artistas cristianos amamos a nuestro Dios, por lo tanto, la revelación que Dios “ha preparado para los que le aman” es nuestra. Reclamemos la promesa.

Alma Villegas, PhD 
almavillegas@aol.com 
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