@ErikaMichael12
¿Sabes? Cuando comencé en el ministerio juvenil, en realidad, yo no me sentía capaz para hacerlo. Todo señalaba que sería yo la líder, pero no me sentía preparada ni con los recursos necesarios. Había estado toda mi vida en la iglesia, indiscutiblemente amaba a Dios y quería servirle, pero… ¿Cómo?
No importa cómo fuiste seleccionado para ser líder de jóvenes, ya sea porque eres hijo del pastor (como era mi caso), fuiste el ganador en las votaciones o te ofreciste como voluntario, quiero compartir contigo unas enseñanzas que quise haber sabido antes de ser líder de jóvenes, pero que aprendí en el camino. Tuve muchos fracasos como líder, pero hoy todo es distinto. Le permití a Dios que transformara mi corazón y me ayudara a tomar las actitudes correctas. También lo hará contigo.
- Las ideas no funcionan si no tienen una estructura. Tuve buenas ideas, pero nunca salían como las pensaba. ¿La razón? No las planificaba bien. Tenía todo soñado en mi mente, pero no las compartía con mi grupo, no las escribía en un papel, no hacía un mapa para dirigirnos. El resultado era que las actividades no tenían el éxito esperado. Aprendí entonces a reunirme con mi equipo de trabajo, presentarles una propuesta escrita, orar juntos para tomar decisiones respecto a ella, asignar tareas (no trates de hacerlo todo tú), el resultado fueron actividades, servicios y reuniones exitosas en las cuales alcanzamos los objetivos previamente planificados. Dios es un Dios organizado, sé organizado tú también.
- Un líder que no ora es como un Smartphone sin internet. En esta generación tan tecnológica debes saber la importancia de tener un celular con internet (ILIMITADA). La mayoría de las gestiones que hacemos las hacemos por internet, desde pagar nuestras cuentas hasta comunicarnos con nuestros amigos a distancia. Es sumamente importante. También orar lo es. Me di cuenta, pues, que estaba tan enfocada en “hacer las cosas bien” que olvidaba el hecho de que debía pasar tiempo a solas con Dios. El problema era que quería imponer mis ideas o las ideas que a mis amigos les funcionaban. Pero la realidad era que Dios estaba esperando pacientemente a que yo le hablara y lo escuchara para que me diera las ideas correctas que servirían para mi grupo. Cada población es particular, no imites. Ora a Dios siempre para que te ayude y te de la sabiduría necesaria. Además, no puedes enseñar sobre un Dios que no conoces. ¡Pasa tiempo junto a Él!
- Debemos provocar que ellos hagan la pregunta y estar preparados para dar una buena respuesta. Durante mis primeros años de ministerio, fui buena en la primera parte. Logré que jóvenes no cristianos se acercaran a mí y me preguntaran sobre Jesús, pero no estaba del todo preparada para contestar. Esto provocaba que ellos se alejaran. Verás…como lideres juveniles que llevamos años sirviendo a Dios es fácil pensar o decir que algo es lógico porque llevamos años escuchándolo y viviéndolo, pero tienes que aprender a llevar este aprendizaje de una forma práctica. Cuando los provocas a preguntas, ellos preguntaran. Espero que tengas buenas respuestas. Para ello debes siempre tener en cuenta el paso dos, además de dedicar tiempo a la lectura de la Biblia y libros sobre liderazgo juvenil. Puedes encontrar un sinnúmero de materiales maravillosos en www.especialidadesjuveniles.com y www.paralideres.org.
- Jesús nunca forzó a nadie a seguirlo. No podemos caer en la trampa de querer “convertirlos a todos”. Obviamente, nuestra meta es que más jóvenes conozcan del amor de Jesús y puedan acercarse a Él, pero debemos tener mucho cuidado con la forma en la cual nos acercamos a ellos y cómo le presentamos a Jesús. Jesús nunca forzó a nadie, simplemente los amó. Provocó en ellos la pregunta y tuvo excelentes respuestas. Ama a los jóvenes. Las relaciones son más importantes que los programas. Ellos van a querer conocer más de Jesús y entonces van a querer seguirle. No los fuerces, este proceso no siempre será rápido ni siempre terminará como esperas. Recuerda que eres un facilitador, no eres tú quien harás el cambio en ellos. Obra con misericordia.
- Ser líder no es un trabajo part-time. No puedes tomarte vacaciones de valores. Esto significa que debes cuidar con quienes te relacionas, qué música escuchas y qué películas disfrutas. Tenemos muchos buenos líderes en las iglesias que dan un pésimo ejemplo en las universidades y escuelas. Cuando eres líder, eres líder. No es una capa que te puedas quitar por momentos, es algo que te distingue y donde quiera que vayas representas el amor de Jesús.
Culmino con un relato que leí en un libro del gran Max Lucado. Había una gran empresa de la cual nadie conocía a su dueño. Todos trabajaban para él, sin embargo, nadie le había visto. Lo único que conocían de él era a su hija, la cual también trabajaba en aquel lugar. Ella acostumbraba a tratar mal a los empleados. Las personas comenzaron a pensar: “Si así es su hija, ¿cómo será su padre?”. ¿Te imaginas que las personas tengan una mala imagen de Dios porque tú y yo nos encargamos de dañar esa imagen. Somos el espejo de Dios, seamos líderes o no. Logremos que nuestras actitudes y decisiones demuestren la excelencia del evangelio que es el amor de Jesús. Ese amor, ese verdadero amor, será irresistible a los jóvenes. Ellos lo necesitan y te necesitan a ti para conocerlo.
@ErikaMichae12
¡Nuestra misión eres tú!
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