Erika Mishel// BUENAS NUEVAS
@ErikaMishel12He estado practicando un poco mi inglés (jajaja) con un libro hermoso llamado Set-Apart Femininity, escrito por Leslie Ludy. Este es un libro dirigido a chicas, no necesariamente solteras, pero sí a chicas que han decidido guardar su corazón para el propósito que Dios diseñó para ellas. Compré este libro hace años, pero hoy a mis casi 27 años decidí tomarlo en mis manos y encontrar la valentía para leerlo.
¿Por qué tenemos tantas dudas respecto a nuestra vida y futuro amoroso? Muchas veces se debe a la falta de conocimiento de lo que Dios desea para nosotras. En ocasiones, por aferrarnos a las expectativas incorrectas. Ambas razones son provocadas por las ideas que aprendimos desde niñas, en las películas que vimos, la crianza que tuvimos y las experiencias que nos marcaron. En mi caso, mis padres se divorciaron cuando yo era muy niña, así que los recuerdos que tengo de mi padre son leves. Recuerdo momentos agradables, pero no los suficientes como para poder entender cómo debía tratarme un hombre. Siguiendo la corriente juvenil de mi generación, yo optaba por “ilusionarme” con los “chicos malos”. Es decir, con los que no tenían ninguna intención buena para mí.
Tuve buenos amigos varones que me enseñaron la dulzura de una sana amistad. Doy muchas gracias a Dios por ellos y porque aún conservo esas amistades. Sin embargo, a la edad de 19 años me vi involucrada en una situación muy difícil y confusa para mí. ¿Cómo podría entender a esa edad que estaba viviendo una relación con un hombre que me maltrataba? Ante todos se comportaba de maravilla conmigo, tal vez sería normal que se comportara de otra forma cuando estábamos solos. Tal vez yo no merecía ser tratada de otra manera…pensaba una y otra vez.
Había escuchado mucho sobre esperar a que Dios trajera a mi vida el hombre indicado. Yo pensaba que este chico era el hombre ideal, el soñado por Dios para mí. ¡Cuán equivocada estaba! Luego de varios meses en los cuales mi autoestima fue severamente afectada, donde mi fe fue cuesta abajo, tomé el valor necesario para decir: ¡BASTA! Los días siguientes fueron mucho peor. No sabía qué hacer. Mi familia me apoyaba en mi decisión de terminar la relación, pero no me atrevía a decirles todos mis motivos. Además, él había tomado un papel de víctima que no le correspondía, y eso me hería mucho más.
Al cabo de los años entendí que mi decisión fue la mejor que pude tomar, no solo porque salí de un ciclo de maltrato que pudo terminar con mi propia vida, sino porque todo lo que conocí de él fue mentira, nunca fue el hombre bueno que creí que sería.
Quizás tú no hayas vivido algo similar, tal vez más difícil, quizás solo estás cansada de esperar. Sin embargo, por favor espera. Dentro de unas semanas cumpliré mis 27 veranos en esta Tierra. Estoy tan agradecida con Dios por ello. Ahora bien, incluso hoy, en esta etapa de mi vida reconozco que lo mejor que Dios hizo en mí fue llevarme a varios años de soltería (que a mí me parecían una eternidad).
Lo que la autora del libro que les mencioné al principio, Leslie Ludy, nos trata de mostrar es que el diseño de Dios para nosotros no fue vivir bajo el dominio del hombre, ni el maltrato por ser mujer. Sin embargo, Dios nos capacitó y puso en nosotras toda la belleza, integridad, inteligencia, paciencia para poder llevar una vida sana, hermosa y llena de amor con un hombre…pero no cualquier hombre, un hombre que reconozca nuestro valor.
Salir de la soltería ya no es para mí algo tan importante como comprometer mi vida con alguien que realmente entienda mi lugar, quién soy, lo que amo y sobretodo que me otorgue un espacio de honor en su vida. ¿Por qué esperar menos?
Por supuesto que no podemos esperar un príncipe azul como en las caricaturas, porque sencillamente ellos no existen. De hecho, incluso si encontraras un hombre totalmente ideal, en algún momento te sorprenderá con algo que no te agrada. No podemos crear expectativas falsas e infantiles que nos impidan el privilegio de amar y ser amadas.
Ahora bien, mi pregunta final es: Si por alguna razón en la vida, pasara el tiempo y nunca tienes la oportunidad de casarte, ¿serías capaz de decirle a Jesús: tu amor es suficiente para mí?
Creo que los años más retantes de mi soltería fueron aquellos en los que entre lágrimas le pedía a Dios que me mostrara la razón. Todas esas oraciones nunca fueron en vano. Por medio de ellas, Dios fortalecía mi carácter y me enseñaba aquello que a mi padre le faltó enseñarme: que el mayor amor de una mujer no es el de un hombre cualquiera; el mayor amor de una mujer es el que solamente Jesús da, y únicamente un hombre que camine en la dirección que Jesús estableció para mi vida será capaz de amarme de la manera más pura y hermosa que existe.
Esto, mis amigas, lo aprendí en mi soltería. ¿Qué has aprendido tú?
@ErikaMishel12
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