Pastora Luz Esther Cadiz// BUENAS NUEVAS
¿Es tu iglesia realmente una iglesia misionera? ¿Qué es ser una iglesia misionera? Muchas veces me tropiezo con pastores o líderes locales que afirman que su iglesia es una iglesia misionera. Otros entienden que tienen un llamado especial de Dios para hacer misiones. Otros afirman que misiones no es para ellos, Dios no les ha llamado a eso. ¡¡Saludos!! BIENVENIDOS a una nueva sección de “Conociendo de Misiones”. Hoy comenzamos una serie para que evaluemos nuestra iglesia en cuanto a su involucramiento en misiones. ¿Se atreve a usar estos datos para evaluar su iglesia local? TÚ Y LAS MISIONES- Crecí en una iglesia donde el pastor afirmaba que éramos una iglesia misionera. ¿Por qué éramos una iglesia misionera? Porque cada vez que venía alguien a testificar de sus experiencias le recogíamos una ofrenda de amor. Con el paso del tiempo me di cuenta que la iglesia se consideraba misionera solo porque ofrendaba generosamente al misionero que nos visitara. Ser una iglesia misionera es más que eso.
Jesús nos comisionó para vayamos y llevemos mucho fruto. Toda iglesia debe ser una iglesia misionera. Como alguien dijera en una ocasión: “Si no vivimos para cumplir la Gran Comisión, para qué existimos como iglesia?” La tarea de “ir y hacer discípulos a todas las naciones, bautizándoles…., enseñándoles todas las cosas…” es un mandato divino y una tarea primordial. Ahora bien, cómo podemos evaluar si nuestra iglesia es realmente misionera? Veamos varias de las áreas que debemos tener cubiertas.
En primer lugar, evaluemos nuestro involucramiento en oración. ¿Tenemos un tiempo de oración por misiones, los misioneros, grupos no alcanzados, etc., semanalmente en alguna reunión o servicio de oración semanal? ¿Se provee en la iglesia recursos de intercesión misionera tales como tarjetas de oración, guía mundial de oración y otros; de forma que se pueda orar específicamente por necesidades en el campo? ¿Tienen los miembros de la iglesia un compromiso de orar por las misiones en su tiempo devocional personal, fuera de las actividades regulares de la iglesia?
En segundo lugar, la iglesia debe tener un área de capacitación o formación misionera, de forma que las personas puedan conocer sobre misiones desde la enseñanza bíblica, hasta biografías, estadísticas, etc. ¿Tenemos recursos disponibles, tales como revistas, artículos, estudios bíblicos sobre misiones? ¿Celebramos una Conferencia o Convención Misionera Anual? ¿Se ofrecen estudios bíblicos, prédicas, seminarios o talleres de misiones varias veces al año?
En tercer lugar, el pastor/a de la iglesia debe estar comprometido con la obra misionera, extendiendo el ministerio local hacia un alcance global. ¿El pastor/a se identifica, anima y predica sobre misiones con frecuencia en la iglesia? ¿El pastor/a está comprometido con enviar misioneros desde su propia congregación? ¿El pastor/a moviliza a su congregación para apoyar consistentemente a los misioneros y ayudar a suplir sus necesidades en el campo y cuando regresan? ¿El pastor/a equipa, capacita y motiva a su equipo de líderes a mantenerse involucrados en misiones?
Un cuarto aspecto a considerar es el área de envío. ¿Se identifica la iglesia y está comprometida con el envío de misioneros de la congregación al campo misionero en otras naciones? ¿Cuenta la iglesia con un programa de discipulado y orientación para candidatos a misioneros potenciales en la iglesia? ¿Realizan viajes cortos de experiencia misionera, tanto dentro como fuera del país, una o varias veces al año? Es importante que evaluemos nuestro alcance misionero y procuremos seguir creciendo en esta tarea.
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